Tuesday, October 19, 2010

CTS: ¿Quién está dispuesto a pagar por un paraguas en Lima?

Salvo que usted viaje constantemente al extranjero o sea alguien muy extraño lo más probable es que si usted vive en Lima no tenga un paraguas en casa. No es que los paraguas sean caros sino que la cantidad de veces al año que uno se podría empapar caminando bajo un aguacero en Lima es cero, o con algo de suerte una. No vale la pena.
El CTS es un paraguas financiero que nadie está dispuesto a comprar pero su compra es forzosa. El Estado sabe que la mayoría de nosotros (los que tenemos un empleo dependiente) no ahorraremos lo suficiente en caso perdamos nuestro trabajo, o lo haremos en activos poco líquidos. Por ejemplo, un segundo departamento que no se puede vender en la semana en que nos despiden. La CTS es totalmente líquida (disponible) el día en que eso pasa.
La norma establece que a partir de Mayo 2011, el trabajador sólo podrá retirar dinero de su cuenta CTS siempre y cuando tenga acumulado más de 6 sueldos. La cifra me parece un poco alta pero la lógica de esto es que (antes) normalmente el trabajador que quedaba desempleado le tomaba entre 4 y 6 meses reengancharse a un nuevo trabajo. De esta manera su nivel de consumo no tenía porqué variar.
El que sufre con esta medida es el trabajador que se acostumbró a sacar todos los meses un poco de su CTS y sumarlo a su remuneración.
En algún momento la CTS tenía que regresar a su origen como dice el comentario de hoy del IPE.

Tuesday, October 12, 2010

Nobel para micro-macroeconomistas

Este lunes el Premio Nobel en Economía fue otorgado a tres macroeconomistas un tanto especiales (Peter Diamond, Chris Pissarides y Dale Mortensen). Estos economistas se diferencian del resto de sus pares por estar muy preocupados cómo funciona en realidad cada uno de los mercados que los macroeconomistas comunes miran de forma agregada. Se les ha otorgado el premio por estudiar porqué los mercados a veces funcionan más lento que lo que uno imagina. Lo cierto es que en la macro muchas veces hacemos supuestos muy simplificadores para ahondar el análisis en otros aspectos. El problema es que para contestar ciertas preguntas esos supuestos pueden ser absolutamente inadecuados. Uno de esos supuestos es que los mercados operan como si fuese competencia perfecta, con ajustes instantáneos en precios y cantidades. Además, algo muy especial en el trabajo de los tres galardonados es que en un mercado competitivo no hay problemas para que comprador y el vendedor se encuentren. Esto último es clave, porque los tres utilizan la teoría de la búsqueda que mi ex profesor en UCLA, John McCall, desarrolló (el ya falleció, por eso no recibe este Nobel) aplicándolo a los modelos macro.
Esta teoría es muy sencilla. La idea es que hay muchos mercados en los cuales en realidad no es muy fácil encontrar lo que uno realmente busca. Piensen en un empleador buscando llenar un puesto determinado, en una universidad tratando de complacer a sus estudiantes con una determinada oferta educativa, o inclusive en un matrimonio donde la esposa no termina de estar satisfecha con la elección de su marido. En todos estos casos (y en muchos más) hay un proceso de búsqueda de información relevante para la toma de decisiones. Esa búsqueda es compleja y como dirían los premiados constituye una fricción, una piedra en el zapato, para el funcionamiento de los mercados. Si usted ha visto jugar billar entenderá lo que es una fricción. Cuando uno golpea la bola con el taco, por más liso que esté el paño verde, eventualmente la bola de billar se detiene por el freno (la fricción) que el paño genera.
Hoy más que nunca para los países desarrollados es importante entender porqué el mercado de trabajo no reacciona a todos los impulsos fiscales y monetarios y la tasa de desempleo se ha quedado testarudamente tan arriba.

Publicado en El Comercio, Octubre 13, 2010