Thursday, December 27, 2007

Puerto Wong

No sé si se habrán enterado de esto pero los Iracundos se reunirán para grabar una nueva versión de una de las canciones favoritas de mi papá: Puerto Montt. Esta nueva versión servirá como música de fondo para el comercial que presentará la nueva cadena de supermercados líderes en el Perú: Puerto Wong. No contentos con esa iniciativa, los nuevos directivos introducirán un listón azul al tradicional letrero rojo patrio. Hubieran querido poner una estrella solitaria pero no saben como acomodarla en el nuevo logo. Obviamente nada de esto va a suceder. Los nuevos dueños de Supermercados Wong no pueden ser tan torpes de estropear el intangible de la marca construido a partir de varios elementos: (1) la esforzada atención al cliente siempre con una sonrisa, (2) la preocupación por el detalle, (3) liderar una campaña de fomento de la peruanidad. Resulta obvio también que será muy difícil que Wong (versión Cencosud) sea capaz de seguir liderando esta campaña. Al menos lo tendrá que hacer de un modo distinto. Será porque uno podrá comprar papas gourmet hechas en el Perú profundo más que disfrazando de chalanes a todo el personal.

Para muchos la venta de Wong ha significado poco menos que traición a la patria. Además es cierto que para muchos esa sensación se refuerza porque quien compra es una empresa chilena. Yo no hubiera tanta alharaca como el ministro Rey que salió a celebrar la venta porque no veo que es lo que gana el Perú en ello. Estoy convencido que la familia Wong sale ampliamente favorecida con la transacción y les facilita enormemente su transición hacia otros negocios. Pero no creo que sea un acontecimiento como para que el Ministro de la Producción saque sus botellas de Pisco 7.9 para celebrar.

Las empresas pueden estar bien o mal económicamente de muchas maneras. La más simple es mirando su flujo de caja mensual. Es decir, hacen o no hacen plata. Wong hacía plata, no tanta como muchos suponían. Sin embargo, es una empresa con un inmenso potencial. Para ello basta pensar en la proporción de peruanos que aún viviendo en una ciudad relativamente grande sigue recurriendo a mercados en lugar de los supermercados. Al Perú aún le falta mucho camino por recorrer en ese sentido. Además, hay que pensar que esa proporción se irá reduciendo en la medida que el crecimiento del ingreso promedio de los peruanos siga subiendo. Entonces, hay un retorno futuro potencial que hace que la empresa valga la pena. Además nadie puede negar el valor de una buena reputación y un buen nombre.

Todo eso ha hecho que Cencosud y varias otras empresas hayan tocado las puertas de Wong y hecho cuentas más de una vez para intentar una compra. Cualquier empresa peruana o de cualquier bandera que tenga ese potencial está expuesta a ser comprada. No debería sorprendernos que al cabo de unos años Walmart el gigante americano inicie un proceso de expansión en América Latina y empiece a comprar cadenas enteras. Así casi sin enterarnos peruanos, argentinos, chilenos y colombianos terminemos comprando en un almacén donde ni siquiera nos pongan música de Los Iracundos.

Sólo recordemos que la marca Wong seguirá siendo una construcción hecha por peruanos. Obviamente que dado que se trata de un servicio, la renovación del buen nombre es un acto cotidiano. Si algún día lo pierde, no dudaremos en señalar al posible culpable. ¡Felices fiestas a todos!


Publicado en El Comercio, Diciembre 27, 2007

Thursday, December 20, 2007

Nobel en Lima

Esta semana estuvo marcada por la presencia de uno de los premios Nobel de Economía más polémicos de los últimos tiempos. En parte porque la gran mayoría de los premiados suelen ser personas con un perfil más académico que Joseph Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia. Lo cierto es que luego de escucharlo dos veces y leer sus declaraciones en Ecuador, Stiglitz estuvo mucho más equilibrado aquí que en Ecuador donde los felicitó por haberse bajado del carro del TLC con EEUU y propuso la introducción del dólar ecuatoriano, es decir, salirse de la dolarización impuesta por Mahuad en medio de la crisis del 2000.

El lunes hizo una muy interesante explicación donde sacó a relucir el tema por el cual la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel en el 2001. Su gran contribución al conocimiento económico fue explicar con claridad los efectos que tienen en los mercados donde hay situaciones de información asimétrica. Para decirlo de manera simple donde por ejemplo el vendedor tiene más información que el comprador. Un ejemplo es cuando usted está vendiendo su auto. Usted sabe si lo cuidó o lo maltrató, si lo llevó puntual a su mantenimiento o solo entró al taller cuando se le paró en medio del camino. Nada de eso lo puede saber el comprador.

Explicó sobre lo difícil que es para los reguladores aquí y en cualquier país desarrollado estar al ritmo de las innovaciones del mercado financiero. Explicó con claridad como los problemas de información asimétrica abundan y generan enormes problemas. Por ejemplo, la persona que es prácticamente estafada al comprar una casa sin tener que pagar cuota inicial y con una hipoteca que combina tasas bajísimas al comienzo y luego tasas leoninas que el vendedor le dice que no será problema en refinanciar pues el valor de su casa subirá como la espuma. Esa persona hoy ve caer el precio de su casa, ve subir las tasas de interés y sencillamente se unirá a los dos millones de estadounidenses que tendrán que regresar sus casas a manos de los bancos porque no tendrán con qué repagar sus deudas.

Aunque en líneas generales mi impresión fue que Stiglitz tiene un discurso mucho más balanceado que lo que muchos quisieran tiene sus momentos en que lanza algunas conclusiones apresuradas. Ejemplo de ello la crítica a una respuesta casi automática de los banqueros centrales frente a los distintos tipos de shocks que reciben las economías. Lo cierto es que reaccionan muy distinto, veamos sino lo que está haciendo el Banco Central de Chile y lo que está haciendo el nuestro. Su crítica a que el NAFTA, el TLC de México, Canadá y EEUU, generó mayor pobreza rural en México. Habría que preguntarse sobre las verdaderas causas de la pobreza en la zona sur de dicho país. Zona que enfrenta como nuestra sierra un profundo déficit de infraestructura que los deja incapacitados de competir con cualquier mercado.

El recordó con justeza que todas las decisiones que toma un gobierno deben ser motivo de análisis y lo peor es tener poco debate de ideas. Recordó que también mucho de este debate está plagado de intereses y que el único remedio es ser muy claro en ponerlos sobre la mesa para que no interfieran más de lo necesario. Creo que el gobierno temía un Stiglitz más explosivo y por eso no quiso aparecer cerca de la foto. Lo cierto es que lo suyo más bien fueron sanas advertencias y algunos consejos y no hubieron críticas destempladas. Como dice el dicho un consejo hasta de un conejo, y si este conejo se ganó el Nobel porqué no prestarle oído.

Publicado en El Comercio, Diciembre 20, 2007

Thursday, December 13, 2007

Fuera de foco

El martes se presentó un interesante trabajo efectuado por el BBVA sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones en el Perú. El seminario organizado por ProCapitales fue inaugurado por un funcionario del MEF quien adelantó cuales eran las preocupaciones del ministerio y señaló que en poco menos de un mes el ministro anunciará una reforma del mercado previsional privado buscando mayor beneficio para los afiliados. Ante esas palabras tan positivas esperé el anuncio de temas interesantes. Pero para mi gran frustración el representante del MEF repitió que los temas que le preocupan al MEF son que el Sistema Privado de Pensiones (1) esté concentrado en pocas firmas, (2) que sus inversiones tienen mucho riesgo local. Además dijo que el MEF vería la forma de “facilitar la convivencia” entre el sistema privado y el público.

Diametralmente opuestas son las preocupaciones que mostró el informe del BBVA y que a mi entender son las preocupaciones correctas. Partamos de entender como debemos juzgar a un sistema de pensiones. A mi juicio son dos las cosas que hay que pedirle: (1) que logre proveer una pensión relativamente parecida a mi salario promedio, y (2) que dicho beneficio sea extendido a la mayor cantidad posible de personas. La cruda realidad de nuestro actual sistema de pensiones incluyendo tanto el privado como el público es que una enorme cantidad de trabajadores no contará con ningún tipo de asistencia cuando sople 65 velitas.

Aunque lo he dicho varias veces insisto una vez más con el tema. Hay cosas urgentes que atender en el tema previsional y las preocupaciones señaladas por el MEF no son ni de lejos las más importantes. Sinceramente son temas accesorios, de detalle. ¿Cómo podemos seguir enfocando nuestros esfuerzos a hacerle la vida más cómoda a un 10% de los trabajadores cuando dicha reforma no afectará en lo absoluto la vida del 90% restante? ¿Se habrá preguntado el MEF cuánto más se va a beneficiar a los actuales afiliados permitiendo que bancos y aseguradoras entren a competir? Estoy convencido que quienes sin duda se beneficiarán son las agencias de publicidad, los diarios y revistas, los canales de TV y radios. Pero no estoy para nada convencido que los beneficios serán significativos para las personas que hoy cuentan con un mecanismo que les asegura una pensión siempre y cuando se aporte puntualmente. Dado que estamos por cerrar el año nuevo todas esas cosas me suenan a pirotecnia más que a cena navideña.

La propuesta del BBVA es interesante pero también tiene algunos problemas que se deben atender. En mi opinión la más preocupante de todas es que los beneficios de la reforma propuesta empiezan a darse más tarde que pronto. No hay reforma que funcione políticamente si sus beneficios están concentrados en el largo plazo. En particular la cobertura a las personas mayores de 65 años no aumenta sino recién dentro de 20 años. Lo segundo es que no es claro en qué segmentos de la población son los más beneficiados por la reforma propuesta. Si van a existir fondos públicos comprometidos esto me parece esencial.

En todo caso las propuestas del BBVA son interesantes pues tratan de extender la cobertura de manera importante y de hacer que la relación pensión/salario sea cada vez más alta. Esas dos son condiciones imprescindibles para que un sistema de pensiones sea exitoso. Las preocupaciones del MEF están –al menos por lo ayer señalado- fuera de foco. Ojalá estos días de reflexión sirvan para repensar su propuesta.

Publicado en El Comercio, Diciembre 13, 2007

Thursday, December 06, 2007

Avioneta en la Panamericana

Ninguno de nosotros se sube a un avión pensando en que va a aterrizar en una carretera y no en un aeropuerto. En el Perú esto que se ve en las películas acaba de pasar dos veces en una semana. Es un evento raro y es producto de muchos factores entre los cuales la falta de previsión y la mala suerte están involucrados. Pero en el Perú no es rara esa combinación. Más bien uno tiende a pensar que eso es lo común.

El ejemplo más notable de una excepción a la regla es la reciente aprobación del TLC con los EEUU. Los reto a tomar lápiz y papel y a poner por escrito iniciativas gubernamentales que se han iniciado por un presidente y se han concluido con otro. Son muy pocas. Lo usual para nosotros ha sido el espíritu refundador, la política de poner todo lo actuado en el archivo y empezar de cero a pesar de que tenemos la enorme probabilidad de no estar en el cargo más pronto que tarde. Pero así somos.

Es notable que no se haya echado por la borda lo actuado y se mantuviese la política a pesar del cambio de autoridades. Poco a poco caminamos a ser un país más maduro, menos adolescente. Pero lo que hace falta ahora es que la ratificación del TLC con EEUU no sea una avioneta que aterriza en la Panamericana, sino un auto más que añadimos en la vía del desarrollo. El Mincetur debe seguir en el esfuerzo de conseguir un acceso preferente a las economías más dinámicas del mundo. Me parece sencillamente espectacular que hoy miremos a los mercados externos sin temor y sin complejos. No obstante, no puedo dejar de pensar que el avance en el resto de políticas complementarias es tan bajo que parece que seguimos creyendo que algunos problemas se resolverán solos.

No podemos dejar de enfatizar que hoy se abre una excelente oportunidad. A pesar que seamos tan poco afortunados de empezar el TLC en el momento en que EEUU entrará a una recesión el impacto del tratado va mucho más allá del impacto de corto plazo. Esto marca una línea divisoria entre lo que fue y lo que será nuestra visión de integración con la economía global. Eso marca la cancha claramente sobre lo que los políticos podrán ofrecer en el futuro sobre este tema.

La semana pasada el presidente reclamaba airadamente a los empresarios presentes en CADE que tuviesen coraje. Les reclamaba que cambiaran a sus asesores que les infunden temores respecto al futuro tanto político como económico. Para coronar con una cereza dicho discurso el Senado norteamericano finalmente convirtió el TLC en una realidad. Hoy es complicado ser pesimista pero es importante insistir hasta ser cargosos que se necesita que el TLC beneficie a la amplia mayoría de peruanos para que no haya sino en todas las tiendas políticas la aceptación que el progreso de una economía pequeña como la peruana se consigue caminando junto al resto del mundo y no parados en la carretera Panamericana esperando una avioneta que nos recoja del subdesarrollo.

Publicado en El Comercio, Diciembre 6, 2007

Thursday, November 29, 2007

Tejiendo un país más justo y próspero

El presidente García muy lejos de los balconazos de su primer mandato ha planteado a través de este diario una serie de reformas que buscan resolver lo que el denomina el síndrome del perro del hortelano. En palabras muy simples el problema planteado por el presidente es que en el Perú hay una larga lista de recursos que no se pueden explotar. Las razones de dicha situación mayoritariamente están teñidas de ideología más que de razón y en varios casos el perro del hortelano es el propio Estado que impone una maraña de trabas burocráticas que hacen imposible el desarrollo.

Me parece no sólo interesante sino importante que el Presidente se embarque en este ejercicio de diálogo abierto poniendo en blanco y negro sus ideas y prioridades. Creo que es urgente ejercer un liderazgo eficaz en varios de los temas señalados y en ese sentido hay que aplaudir el esfuerzo presidencial.

No obstante lo anterior, creo que la gran tarea pendiente de este gobierno es reducir significativamente el número de familias peruanas que viven en situación de pobreza y pobreza extrema. Eso tiene primera prioridad por encima de muchos de los temas señalados. Creo necesario insistir en que mientras el Perú no camine en esa dirección estaremos cultivando la opción de un cambio radical en cualquier momento. Cambio radical que como vemos en algunos de nuestros vecinos no genera el bienestar prometido sino que por el contrario lleva a una situación de conflicto que empobrece aún más a los más pobres.

En ese sentido, extraño en las columnas de opinión del Presidente un rol mucho más crucial al tema de integración física vía la construcción de infraestructura. El rol de los TLC es reducir el impuesto que pagan nuestras empresas por comerciar con mercados más dinámicos. Esa es la potencia de los TLC. Ese mismo impulso necesita darse en aquellas zonas del país donde en parte por condiciones geográficas son pobres. La ausencia de infraestructura que los conecte a mercados dinámicos locales les impone un impuesto implícito equivalente al que nuestras empresas más dinámicas pagan por comerciar con EEUU. Dotarlos de caminos, de electricidad es acercarlos a la modernidad, darles espacio para superar la pobreza de modo definitivo.

Un punto que me preocupa del último articulo del Presidente es que la mayoría de las soluciones que propone tienen la característica de más bien potenciar la inversión privada en zonas donde no necesariamente hay problemas de pobreza extrema. Resulta curioso ofrecer incentivos para la inversión en medio del boom más importante de inversión de los últimos años. Un gran riesgo de reversión de todo lo avanzado está justamente en hacer que el crecimiento no sea pro-pobre, es decir, que mejore la situación de todos y no solo de algunos más favorecidos.

A partir de hoy en CADE más de 700 personas intentarán contestar cómo se puede tejer un país más próspero y justo. Mucha de esta discusión sin duda tendrá que ver con lo señalado por el Presidente. El perro del hortelano está vivito y coleando y hace falta muchas voluntades alineadas para impulsar la actividad privada en cada rincón del país. Los cambios necesarios son muchos y en varios casos requieren cambiar la forma como el Estado participa. Es bueno que el Presidente haya identificado con claridad varios ejemplos. Como diría el poeta, al andar se hace camino. Empecemos ya.

Publicado en El Comercio Noviembre 29, 2007

Monday, November 19, 2007

Medir para saber, vigilar y aportar

Empecemos con una cifra. El presupuesto público para el 2008 será el doble que el de hace 7 años. No hemos tenido tanta inflación así que no podemos decir que esa es la explicación. El próximo año el Perú destinará más de 70 mil millones de soles para cumplir sus funciones. En números redondos esto representa el 20% del PBI. Las abultadas cifras se explican sin duda por los continuos record de recaudación con los cuales SUNAT nos recuerda que estamos pasando -hace varios años ya- por un período excepcional. Los altos precios de los minerales son en buena parte los responsables de que hoy podamos permitir que nuestro Estado gaste una muchísima mayor cantidad de recursos que en el pasado.

Sin embargo, el tema es que a la vez que asignamos estas fortunas para que el Estado logre cumplir sus funciones la sensación general es que el problema no es falta de plata sino falta de resultados. Estos días hemos sido testigos del cargamontón contra varios ministros porque el Perú salió mal evaluados en una serie de índices que comparan a todos los países del mundo. Más allá de concursos de belleza lo interesante de estos índices es que buscan en primer lugar marcar un punto de comparación y por lo tanto reforzar una preocupación o un orgullo según el puesto en el ranking. En segundo lugar, buscan generar la idea que hay mejores formas de hacer las cosas en el resto del mundo que podrían servir de punto de partida para ver que se debe mejorar en nuestra forma de hacer las cosas.

Para que este ejercicio sea posible se necesita determinar indicadores que tengan la virtud de mirar resultados posibles de medir. El primer reto es construir una serie de indicadores que la gente involucrada en el proceso pueda hacer suyo. Pongamos el ejemplo de educación. El Banco Mundial ha insistido mucho en este indicador muy sencillo que es cuantas palabras por minuto lee un niño que está en segundo de primaria. Haga la prueba con sus hijos o sobrinos.

Por años nuestro comentario de cajón frente a un nuevo presupuesto público presentado y discutido en el Congreso ha sido que lo que hace falta es mejorar la calidad del gasto público. Todos decían que era importante pero era poco o nada lo que se hacía para modificar esto. Finalmente el MEF se ha comprado el pleito y ha enviado un proyecto de presupuesto en el que se introduce por primera vez la idea de que la efectividad del gasto debe medirse no por la cantidad de recursos comprometidos sino por los resultados finales efectivamente logrados.

Una pieza esencial en ese proceso es evaluar apropiadamente lo que buscaban los distintos programas del Estado. Paso siguiente es alinear los incentivos de todos los involucrados para que ese resultado sea posible de obtener. Finalmente, es clave que más allá del incentivo adecuado exista la posibilidad de hacer lo que falta hacer. En una palabra que existe flexibilidad en la gestión de los recursos. No podemos pedirle a la selección que le gane a Brasil pero que solamente convoquen a los que juegan en el fútbol local. Son restricciones que no tienen sentido que exista si es que se tiene claro el objetivo a alcanzar.

La próxima semana el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico junto con la Comisión de Presupuesto y Cuenta General de la República del Congreso discutirán sobre estos temas con el objetivo de mejorar la propuesta que está haciendo el Ministerio de Economía y Finanzas. Como dice nuestro lema la idea es medir para saber (lo que está pasando), vigilar y aportar.

Publicado en El Comercio, Noviembre 14, 2007

Thursday, November 08, 2007

Noticias viejas

Los datos del último reporte sobre Competitividad Global que prepara el World Economic Forum le han sabido a chicharrón de sebo al gobierno. Curiosamente el invitado de honor para la próxima CADE, el destacado profesor Xavier Sala-i-Martin, fue el responsable de esta edición del reporte. A nadie le gustan que le digan que sus calificaciones son peores que antes y por eso la molestia. El tema es que muchos de estos problemas no son ninguna novedad ni para mí, ni para nadie en el gobierno. Lo desconcertante es la sensación de “te lo dije” que queda después de leer el reporte de Competitividad Global pero no el de este año sino el de hace 4 años.

Todas las comparaciones son de por si odiosas y esta sin duda lo es. Cuando uno compara como nos iba en cada una de las categorías que señala el reporte de Competitividad Global lo que encuentra primero es que de los 25 indicadores que componen el índice el Perú obtuvo una peor posición en el ranking mundial en 21 de esas 25 categorías en los últimos cuatro años. Sólo pudimos mejorar en temas de estabilidad macroeconómica como el control de la inflación y el déficit fiscal. También nos fue mejor en sofisticación de los negocios.

Ante tan abrumadora evidencia no me quedó otra cosa que no confiar en el trabajo de mi asistente. Lo primero que podría sugerir que hay un error en la interpretación es que el índice de este año incluye 131 países mientras la del 2004 sólo incluyó 104 países. Pero la lógica más simple llevaría a suponer que los países que se van añadiendo son típicamente países de más bajos ingresos que los ya existentes en la edición anterior. Por ello, uno esperaría que aquellos países de ingresos más altos no vean alterado su posición en el ranking.

Sin embargo, para evitar problemas decidí calcular en que percentil estuvimos en el 2004 y estamos en el 2007 de esa manera no importa cuantos países hayan estado en la muestra. Los resultados salieron un poco mejor. Esta vez el Perú sólo estuvo peor en 14 de los 25 indicadores que componen el índice. Ahora además de los dos temas mencionados arriba el Perú también mejoró algo en el nivel de desarrollo tecnológico de las empresas donde pasamos de estar en el percentil 81 al percentil 70. Es decir, antes el Perú sólo tenía un mejor nivel que el 19 por ciento de la muestra de países, en el 2007 ya hay un 30 por ciento de países en peor situación que el Perú. La misma situación pasa en innovación donde ya no somos penúltimos sino que estamos entre el 15% peor. Es decir, ya no somos horribles, solo menos feos.

Lo cierto es que prácticamente no cambió nada nuestra situación en temas básicos y supuestamente urgentes como independencia del poder judicial, eficiencia en el marco legal, carga por regulación del gobierno, calidad de la infraestructura. Lo peor de todo es que la situación de los indicadores de educación que ya parecían imposibles de empeorar lo han hecho. Mientras que los buenos indicadores de salud que teníamos se han deteriorado significativamente.

En resumen, no importa que hagamos con los números, la noticia vieja es que hace años estamos estancados en el proceso de ser más competitivos. Ya lo sabíamos y hemos hecho poco o nada para remediarlo. No se nota porque el mundo crece y eso nos hace crecer. Flotar en el mar sin dirección no es lo mismo que nadar con un destino fijo.

Publicado en El Comercio Noviembre 8, 2007

Monday, November 05, 2007

¿Liebres o tortugas?

Probablemente lo más complicado de ser gobierno es mantener control de la agenda de las cosas que efectivamente quiere hacer y evitar que la agenda esté bajo control de alguien más. Este puede ser algún grupo de interés desde exportadores angustiados con el tipo de cambio hasta cocaleros no dispuestos a que el gobierno reduzca sus áreas de cultivo. Pero también puede ser una encuesta poco grata a los ojos e hígado del presidente o alguno de sus ministros. Inclusive puede ser otro país interesado en complicarnos la vida más de lo necesario o interesado en que nuestra vida tenga más oportunidades de progreso.

Ayer se publicó el Indice Global de Competitividad que pretende juzgar los avances de los distintos países en el mundo en el juego de quien es el más competitivo en el planeta. El objetivo de este trabajo es evaluar qué países están mejor preparados para competir en el mercado global de producir bienes y servicios que el mundo demanda. Este año el Perú bajó del puesto 78 al puesto 86 de un total de 131 países. Mi primera reacción fue buscar que países habían subido más y el único que destaca en la lista es Corea del Sur que aumentó doce puestos para ubicarse en el puesto 11. Mi segunda reacción fue verificar que estaba pasando en la región. Los resultados para nuestro barrio son terribles, salvo para Uruguay que subió 4 puestos, Chile que aumentó un puesto y México que no perdió terreno. Al resto le ha ido igual o peor que al Perú. Los grandes perdedores de la región son Argentina y Venezuela que perdieron 15 y 13 puestos respectivamente. Tanto Colombia y Brasil perdieron 6 puestos cada uno.

Los resultados para Perú sin duda son sorpresivos por varias razones. La primera y más obvia es que estamos creciendo más de 8% hace años y recibiendo niveles record de inversión extranjera. La segunda es que lejos de acercarnos a los países que tienen grado de inversión nos estamos acercando a los países que han venido aplicando políticas que sin duda tendrán que enfrentar la realidad, aunque para eso se necesite una elección presidencial adicional. Sin embargo, hay que entender que esta es una carrera y no solo pierde el que no corre sino el que corre más despacio.

Uno debería preguntarse si algo de lo hecho por el gobierno apunta a mejorar los niveles de competitividad. Lo primero que viene a la mente es sin duda los esfuerzos por ampliar nuestros mercados. Por coincidencia escribo esta columna desde Washington DC, y acabo de enterarme que el Comité de Medios y Arbitrios aprobó de manera unánime el TLC con Perú lo cual nos deja listos para enfrentar la aprobación en el pleno del Senado y de la Cámara de Representantes. Esto es una muestra que la prioridad dada al tema de impulsar la firma del TLC con EEUU finalmente empieza a dar sus frutos. Sin embargo, el gobierno que el año pasado fue muy enfático en la necesidad de trabajar en lo que se llamó el TLC interno, hoy no parece tan interesado en eso. Sus prioridades han pasado a aprobar de manera sorpresiva una reducción de aranceles que ha desviado la atención de quienes son los que hoy realmente tienen problemas de competitividad mucho más allá de que el tipo de cambio haya pasado la barrera sicológica de los 3 soles.

Desde nuestro punto de vista será interesante ver que impacto pueda tener la reciente rebaja de aranceles en nuestros resultados el próximo año. Sea cual fuese el resultado de ello creo que el gobierno sigue postergando entrar a lo realmente importante. Más allá de parecer liebre o tortuga en la carrera de la competitividad global, no olvidemos que buscamos ser más competitivos para salir de la pobreza y no pensando en la foto de cada año.

Publicado en El Comercio Octubre 31, 2007

Thursday, October 25, 2007

Exclusión: A ti no

La próxima semana el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentará oficialmente su reporte anual dedicado en esta oportunidad a evaluar los problemas de exclusión en nuestros países. Este tema que fue centro del debate en CADE 2006 y es sin duda el centro de las preocupaciones del Presidente y su gabinete frente a las últimas encuestas. En dichas encuestas sigue existiendo una enorme distancia entre el vaso medio lleno que el presidente quisiera que miremos y el vaso medio vacío que muchos aún perciben.

Tal como lo señala el informe del BID, la región hoy pasa por un momento crucial en tanto el crecimiento que le había sido esquivo por décadas hoy está presente a tasas récord en varios países. Sin embargo, las tasas de pobreza siguen tercamente en su lugar o han sido reducidas de manera muy marginal. Pero ser excluido no es lo mismo que ser pobre. El excluido es el pobre sin oportunidades para cambiar su situación de pobreza. El excluido no es escuchado por los políticos y sus demandas no son intermediadas ante las autoridades. El excluido es privado de los beneficios que otorga ser parte de un mercado más amplio y enfrenta enormes costos de transacción que hacen su vida aún más precaria.

El informe muestra que el Perú queda muy mal parado en la comparación internacional en cuanto a que tanto las políticas sociales tienen un sesgo inclusivo. Chile es la estrella del grupo pues la mayor proporción del gasto en programas de educación y salud están efectivamente enfocados en aquellas personas de ingresos más bajos. Más del 50% del gasto es destinado al 40% más pobre en Chile. En Perú esa parte de la población recibe escasamente algo más del 30%. Podríamos mirar también cuanto del gasto que el Estado asigna a las personas en la tercera edad tiene un sesgo progresivo y veremos que en toda la región estamos muy lejos de lo ideal. Mientras tanto nuestros adultos mayores de los estratos de ingresos más bajos deben recurrir a trabajar mucho más allá de su edad de jubilación para poder vivir.

Uno de los aspectos más preocupantes del informe es que muestra que los hijos de los excluidos tienden a su vez a ser excluidos. Es decir, la región tiene una muy baja movilidad social. Es muy difícil acceder a oportunidades que pueden cambiar el destino de la siguiente generación de una familia. La herencia que recibe el hijo excluido de sus padres no es una oportunidad para dejar de serlo sino una condena a seguir siéndolo.

Otro punto que el informe resalta es que la exclusión hace que sea más difícil la cooperación y en ese sentido limita el desarrollo de todo el país. ¿Cómo puedo hacer negocios con alguien que siento que no es igual que yo? Las pérdidas pueden ser enormes pues son oportunidades perdidas fruto de la desconfianza y la sensación de lejanía.

Los retos planteados por este nuevo informe del BID son enormes para el futuro del Perú y la región. En todos los casos el gobierno tiene la obligación de iniciar los cambios y mucho se ha hecho en algunos campos, pero en otros la tarea aún sigue pareciendo imposible de completar. Lo que más preocupa en nuestro caso es que optamos hace unos años por un esquema descentralizado de gobierno, el cual aún tiene más deudas que beneficios concretos. Hasta ahora son pocos los gobiernos regionales que han mostrado eficacia en su gestión, ojalá ese proceso se consolide.

Publicado en El Comercio, Octubre 25, 2007

Thursday, October 18, 2007

Yo quiero que tu quieras

A comienzos de semana se anunció que el Premio Nobel de Economía de este año fue otorgado a 3 ilustres desconocidos para la mayoría de la gente: Maskin, Myerson y Hurwicz. Estos tres economistas desarrollaron la teoría del diseño de mecanismos de mercado. Déjenme intentar una explicación sencilla para entender porqué cada uno de estos señores se ha ganado medio millón de dólares entregado por la Academia Sueca.

Si usted quisiera comprar una casa existe un mercado inmobiliario que tiene varios actores y varias reglas de funcionamiento. Pero lo más importante es que desde ambos lados del mercado, compradores y vendedores, hay incentivos muy claros que hacen que el mercado funcione. Dado que usted buscará su casa y alguien ofrecerá casas, lo único que hará falta es que usted tenga los recursos financieros para comprarse su casa. Sin embargo, hay muchísimos bienes y servicios donde el funcionamiento del mercado no necesariamente le garantiza que usted obtenga lo que quiere.

Pongamos un ejemplo. Imagínese que usted es un inversionista minero y quiere desarrollar un proyecto socialmente responsable. Las reglas establecen que usted puede confiar que el gobierno se encargará via los recursos del canon tener ingresos para poder financiar obras en las zonas directamente involucradas en la actividad minera que permitirán que la población sienta que la actividad minera trae progreso. Bueno, todo genial en el papel pero en la práctica el gobierno resulta incapaz de hacer sentir progreso en dichas zonas y por lo tanto los pobladores supuestamente beneficiados se sientes estafados por el gobierno y de paso por la empresa minera. Ante esto no basta los programas de desarrollo integral comunitario que usted haya planteado a la población. El resultado termina siendo que no hay actividad minera.

En estos días el gobierno ha estado dándole vueltas a la idea de reconocer su absoluta incapacidad y entregar directamente como si los pobladores fuesen accionistas de la empresa minera una parte sustancial del canon en efectivo. En palabras de los premios Nobel de este año se estaría optando por un sistema que incentive a la población a querer que la empresa minera opere en la zona.

Pero un momento que yo no estoy diciendo que se este sea el mejor de los mecanismos. Claramente los ingresos por canon son altamente volátiles: un año son enormes, pero al siguiente pueden ser cero. Y lo que aquí necesitamos es que los pobladores estén todos los años a favor de la inversión minera.

La definición básica de economía es que es la ciencia que estudia el manejo de recursos escasos con fines alternativos, eso lo saben hasta mis amigos los abogados. Estos economistas recién premiados plantearon que no sólo importa tener en cuenta los recursos. En mi ejemplo, la minera puede tener dinero para programas de desarrollo comunitario o el Estado puede tener ingresos del canon para gastar. Eso no basta. La idea central que les valió recibir el premio Nobel es que detrás de un problema económico no sólo importa que se respeten las restricciones de recursos sino que es fundamental que se tomen en cuenta las restricciones de incentivos que pueden llevar a los individuos a no querer hacer lo que uno quisiera que hagan.

Cómo decía uno de mis profesores todo el mundo tiene un precio, el problema es cómo preguntárselo sin que se ofenda. Y yo añadiría, y cómo pagárselo sin que al cabo de unos años cambie de parecer.

Publicado en El Comercio Octubre 18, 2007

Wednesday, October 10, 2007

¿Más impuestos?

Esta semana estuve en una conferencia donde discutimos los casos de cinco países de la región: Brasil, Colombia, Costa Rica, México y Perú. El tema de la reunión era qué se podía hacer para que las reformas que se habían hecho generen más crecimiento. Como suele pasar en estar reuniones todos los presentadores tienden a exagerar hacia lo negativo como si fuese un deporte regional el competir por cuál de los países es el que lo hace peor que el resto. Pero lejos de contarles quien ganó el concurso del patito más feo de la región déjenme contarles algo más en línea con nuestra discusión actual. La pregunta de la semana pasada en el Perú ha sido si deberíamos aumentar impuestos y no reducirlos como algunos vienen pidiendo. La idea para muchos es que el Estado peruano recauda muy poco y por eso hace muy poco. Es más yo añadiría que para muchos la falta de recursos que enfrenta el Estado pone en riesgo todo el paquete de reformas ya en marcha. Justamente por eso, se justifica que se recaude más para poder tener con qué afrontar políticas explícitamente guiadas a compartir mejor los beneficios del crecimiento con la mayoría de la población.

Lo curioso es que los casos de Colombia y sobre todo Brasil muestran que si algo se hizo mal en dichos países es que se siguió la ruta de aumentar impuestos para poder atender a una creciente cantidad de nuevas obligaciones del Estado. De esta manera, Brasil pasó de tener una presión tributaria (impuestos recaudados sobre PBI) de alrededor de 20% a comienzos de los años ochenta a 35% en el 2007. Esta cifra parece sacada de un país nórdico más que de un país latinoamericano. La cifra es aún más preocupante dado que Brasil es la economía más desigual de la región y una de las más desiguales en el mundo. En sencillo, no hay muchos a quienes cobrarles impuestos directos como en Suecia o Finlandia. La forma de hacerlo es cobrar impuestos por todos lados y a todos. O si no, simplemente se tendrían tasas prohibitivas de impuestos a las personas de más altos ingresos.

Lo importante aquí es que en la discusión surgió la pregunta que es lo que hubiese pasado si Brasil no hubiese seguido el camino de poner dentro de su Constitución una serie de obligaciones para el Estado que han hecho que el tamaño del mismo se haya duplicado en los últimos 20 años. Los autores del estudio muestran que el PBI brasileño podría haber sido 22% más alto si el Estado no hubiese crecido de forma tan desproporcionada. La cifra es suficientemente grande como para pensar dos veces si el Perú debería seguir el ejemplo brasileño de aumentar el tamaño de su Estado sin preocuparse de aumentar condiciones mínimas de eficiencia en su gasto. Siempre se cita al programa Bolsa Escola (el Juntos brasileño) como un ejemplo pero este programa no es más del 1% de la recaudación impositiva. En el resto de las políticas públicas brasileñas hay más bien montón de ejemplos de lo opuesto: gastos dirigidos a unos pocos con muchos recursos, rescates financieros a bancos y cosas por el estilo.

Cierro la columna con una pregunta. ¿Por qué tenemos que sacrificar la calidad de las políticas de gasto público utilizando el Estado para cosas en las que el mercado es un mejor mecanismo para garantizar un mayor acceso a los beneficios del crecimiento?

Publicado en El Comercio Setiembre 27, 2007

Thursday, October 04, 2007

Stocks y flujos de dólares

Hace mucho que el tipo de cambio no generaba tantas pasiones. Lo cierto es que el tipo de cambio bordeó los 3 soles y quisiéramos explicar que es lo que está detrás y que es lo que puede pasar en el futuro. Básicamente hay dos fuerzas que empujan el precio del dólar. Pero los dólares como cualquier otro bien o activo cuando hay demasiado su precio baja. Esas dos fuerzas están relacionadas a stocks y flujos. Empecemos por los flujos. En primer lugar hay flujos comerciales. El Perú como cualquier otra economía vende y compra bienes y servicios al mundo y si es que en ese intercambio terminamos exportando más que lo que importamos entonces estaremos trayendo más dólares de los que necesitábamos para comprar. Entonces, el tipo de cambio tenderá a ser menor. En ese sentido venimos exportando mucho más de lo que importamos varios años seguidos (i.e. tenemos superávit enormes en nuestras cuentas externas) y eso hace que la presión hacia abajo siga. Este año no creo que sea distinto así que los record de exportaciones tendrán un impacto adicional.

Pero no todo en la vida es exportar bienes y servicios, también importan los flujos puramente financieros. Estos tienen su origen en una diferencia de rendimientos de los activos financieros de dos países. Fíjense lo curioso del actual escenario en Perú y en EEUU. En el Perú el BCRP se ha visto sorprendido por un alza en la tasa de inflación. Esto se debe en parte a factores temporales como el alza del pollo y huevos producto del terremoto en el Sur, pero también a factores más permanentes como el alza del precio mundial del trigo. Estos factores obligan al BCRP a subir su tasa de interés y frente a los ojos de cualquier inversionista los activos en soles se hacen más atractivos. Mientras tanto en EEUU pasa lo contrario, el temor a una recesión como consecuencia de los problemas en su mercado hipotecario han forzado a la Reserva Federal a reducir su tasa de interés y eso genera que tener activos en dólares no sea tan rentable. Comparativamente hablando, los activos en soles en el Perú se hacen mucho más atractivos tanto por las decisiones de nuestro BCR y la Reserva Federal. Para poner las cosas más complicadas aún, todo hace suponer que nuestro BCR se verá obligado a elevar aún más sus tasas de interés y también todo parece indicar que la Reserva Federal bajará aún más las suyas. En resumen, mayor presión para que el tipo de cambio en el Perú siga cayendo pues tendremos un flujo adicional de divisas impulsado por ese diferencial de tasas.

Eso por el lado de los flujos. Por el lado de los stocks tenemos casi 15 mil millones de depósitos en dólares en el sistema financiero. Si bien la desdolarización ha venido caminando firme, lo ha hecho de manera lenta. Más de la mitad de la liquidez del sistema bancario aún está en dólares. ¿Cuántas familias andarán rompiéndose la cabeza decidiendo soportar la caída del dólar antes de cambiar su decisión de portafolio y mover esas cuentas en dólares a cuentas en soles? Esperarán a que el tipo de cambio baje a 3 soles por dólar? ¿A 2.9? ¿A 2.8? En el momento que lo hagan asumirán la pérdida de su capital y presionarán aún más el tipo de cambio hacia abajo.

¿Qué puede hacerse? Lo primero es que el BCR debe tratar de evitar que la percepción de colapso inevitable inunde el mercado. Si eso pasa habrá cambios grandes en el portafolio de las personas. Lo otro es tener un poco de fe en los mercados. La reducción del tipo de cambio genera su propio remedio. Hace más barato las importaciones y muchos optarán por viajar afuera o comprar la máquina aprovechando el dólar barato. Asimismo, todo apunta a que las tasas de interés se ajusten en sentido opuesto el próximo año así que si bien el tipo de cambio puede ir debajo de 3 soles este año, yo no dudaría de que regrese a 3.2 el próximo año.

Publicado en El Comercio, Octubre 4, 2007

Thursday, September 20, 2007

El año del chancho

Una muy antigua tradición china dicen que inaugurada por el emperador Huang Ti allá por el 2600 antes de Cristo asigna nombres de doce animales distintos a los años. El 2007 es el año del chancho y normalmente este año está asociado a la abundancia y a los excesos. Todos sabemos que hoy la palabra china está asociada justamente a abundancia. La economía es una locomotora imparable de crecimiento. Tanto así que es la economía que ha logrado a través del crecimiento económico sacar a cientos de millones de chinos de la pobreza en un tiempo record.

Sin embargo hace un par de semanas una noticia enfrió los ánimos en ese país. La inflación había superado un record de más de una década. La inflación había alcanzado el 6.5% al año. Esta noticia que sin duda no parece abrumadora hay que explicarla mejor. En realidad, la economía china viene experimentando un alza significativa en los precios de los alimentos que ya bordea el 20% en el último año. Y curiosamente es el precio del chancho el que viene subiendo casi 50% en el último año. Como sabemos todos nosotros los peruanos amantes del chifa y de la cocina china, el cerdo es un elemento esencial en la dieta de los chinos.

Hasta ahora la respuesta de las autoridades chinas había sido subir moderadamente la tasa de interés para tratar de reducir el ritmo de crecimiento de la economía. La intención obvia era evitar mayores presiones de demanda por alimentos y por lo tanto una menor inflación. Si bien el Banco Central china ha aumentado cinco veces sus tasas en lo que va del año, estas alzas han sido más bien moderadas y por lo tanto de poco impacto. Resulta curioso que una economía tan dinámica como la china no sea capaz de producir más cerdos dado que los precios están al alza. Los chinos están queriendo disputarle la carrera espacial a los gringos y cosas por el estilo pero no pueden conseguir que el precio del chancho disminuya. Lo cierto es que este precio clave estuvo afectado por un problema sanitario en China que obligó a deshacerse de 10% de cerdos que tenían como destino un lugar en los platos de la comida china. Además las importaciones de cerdo se multiplicarán por cuatro este año para tratar de frenar a toda costa la escalada de precios.

Resulta aún más curioso –esta vez pensando en lo que viene ocurriendo en el Perú- que la respuesta de las autoridades chinas sea por un lado imponer controles de precios hasta fin de año a una serie de productos que aún son controlados administrativamente por el gobierno. Entre estos se encuentran los del transporte, los servicios públicos y también el combustible. Digamos que para haber buscado tanto ser reconocida como una economía de mercado esta medida es un poco inconsistente. Como si fuera poco, el gobierno ha exigido que los gobiernos locales aumenten el salario mínimo para evitar una sensación de descontento generalizada que pueda desencadenar en protestas sociales.

El próximo año será el año de la rata. En la tradición china, en dicho año se pagan los excesos del año previo. Han pasado dos décadas en que se alertó una y otra vez que el boom chino tendría que detenerse pues no había forma de crecer sin que dicho crecimiento generase presiones inflacionarias. Hoy más que nunca la inflación mundial está globalizada y todos los países, incluido el Perú, se han beneficiado hasta ahora de que la inflación china fue extraordinariamente baja. ¿Usted que cree? ¿Cambiarán los chinos de dieta o nosotros vamos a extrañar muy pronto y muchísimo el año del chancho?

Publicado en El Comercio, Setiembre 20, 2007

Thursday, September 13, 2007

Obstáculos para una minería competitiva

Para quienes como yo –hasta hace unas meses- habían leído poco o nada sobre minería el título resulta exagerado pues si algo transmite ese sector es la sana envidia de verlos crecer acelerada y sostenidamente en los últimos años. Sólo para darles una cifra el valor de toda la producción minera en el Perú se ha duplicado en los últimos diez años. En ese mismo lapso la producción total del Perú aumentó 50% es decir la mitad que lo hecho por la minería.

Aunque las cifras parezcan apabullantes hay un par de preguntas que uno siempre debe hacerse en medio de un boom: ¿podemos crecer aún más rápido? ¿qué es lo que nos detiene? Cuando cada uno desde su propia perspectiva trata de responder esas preguntas lo primero que viene a la mente es si existen más compradores para lo que uno vende. Frente a este tema la cada vez mayor presencia de China en los mercados internacionales de minerales nos releva de mayor preocupación. Todo parece indicar que tendremos una amplia demanda por nuestros minerales en los próximos diez años. Pero ojo que China no solo compra sino también produce minerales.

¿Pero entonces cuál es el problema? ¿Por qué el sector minero peruano no crece más rápido? Lo cierto es que la actividad minera es medio especial. Para empezar es una actividad donde los plazos son muy largos como podría serlo la actividad forestal. Como en muchos otros sectores el precio de venta no lo decide quien produce sino el comportamiento del mercado internacional. Esos precios pueden ser muy altos como aún son los de hoy pero lo cierto es que hace unos pocos años no más los precios de varios minerales estaban por los suelos. Esta actividad también tiene muchas incertidumbres en cada una de las etapas: exploración, desarrollo y explotación.

Por ejemplo, puede ser que las comunidades disputen la legalidad de los derechos que tiene la empresa para desarrollar un proyecto minero tal como lo estamos viendo en Majaz. Puede ser que la empresa minera se enfrente con intentos de modificar la estructura tributaria que impacten en la viabilidad de su operación en el país. Es más, podría haber un ambiente políticamente enrarecido que aleje a quienes no están dispuestos a tanta volatilidad. La ausencia de una autoridad ambiental con credibilidad o la falta de capacidad de fiscalizar el cumplimiento de las obligaciones laborales a todas las empresas que padece el Ministerio de Trabajo hace muy difícil que las comunidades se sientan protegidas. Por lo tanto, esto hace más complejo para las empresas lidiar con la mala percepción que tienen, a pesar que los estudios realizados para el Perú muestran que los distritos mineros si se han beneficiado ya sea en mayores niveles de gasto por habitante como en menores probabilidades de caer en pobreza.

Creo que hace falta mucho más información. Las compañías mineras necesitan mejorar su reporte de lo que logran no sólo produciendo metales sino como mejora el bienestar en sus comunidades. Necesitamos saber quien lo hace bien y quien no. Pero las empresas no son las únicas responsables de generar información. Hay tarea para varios incluidos los académicos.

No obstante todo esto Perú tiene la enorme ventaja de tener un potencial geológico excepcional y este sigue siendo un factor de atracción de la inversión. Pero también es cierto que el Perú aun enfrenta una situación donde nuestra producción minera ha crecido mucho más que lo que han crecido nuestras reservas. Esto refleja un problema de inversión en exploración. Cualquier país con recursos bajo suelo atrae inversión con precios altos. Si estos desaparecen la historia es otra para todos, inclusive para el Perú.

Publicado en El Comercio, Setiembre 13, 2007

El Perú frente a APEC

Parece que muchos aún no se dan cuenta de la importancia que el Perú sea socio de un club de primera línea como el APEC. De los 194 países que hay en el mundo sólo 21 economías conforman este exclusivo club. El peso de APEC en el mundo es notable. Cuatro de cada diez personas en el mundo es ciudadano de un país del APEC. La mitad de todo el comercio del mundo la realiza alguna de las economías del APEC. Y más de la mitad de lo que se produce en todo el mundo proviene de alguno de estos países. En pocas palabras, el Perú es parte del club de las economías más dinámicas en el mundo. El PBI de las economías de APEC crecieron desde 1989, año de creación de este foro, hasta el 2003 en más de 46 por ciento mientras que el resto del mundo sólo creció 36%. Pero más importante que eso es que las economías en desarrollo que son parte de APEC –como el Perú- crecieron en 77%.

El próximo año nos toca a nosotros recibir a estos países en el marco de la reunión APEC 2008. Este año Australia calcula que necesitará 25,000 noches de hotel para alojar a todas las personas que vienen esa semana. ¿Se imaginan cuantos pisco sours y cebiches se servirán? No obstante, lo más importante será poner al Perú en la vitrina de las oportunidades de inversión de las economías más dinámicas del mundo.

Thursday, September 06, 2007

Bailando con la China

Este viernes durante la cumbre de APEC el Perú y China firmarán un memorando de entendimiento que es una suerte de play de honor para empezar a discutir un acuerdo comercial entre ambos países. Por ello quería poner en contexto lo que significa China para Perú, o mejor dicho lo que podría significar China para nuestra economía. Hace unos días el Banco Mundial publicó un informe sobre el efecto del crecimiento de China e India sobre la región que utilizaré como fuente de información.

Para nadie es novedad el crecimiento sorprendente de China que le ha permitido triplicar en menos de veinte años su participación en el PBI mundial. En 1990 el PBI chino representaba el 1.6% del PBI mundial. El 2006 la cifra estará cerca del 5%. China ya es la sexta economía en el mundo en términos de producción, pero es la tercera si miramos su participación en el comercio mundial. Es decir, China es una economía plenamente integrada al mundo.

Obviamente que este enorme crecimiento representa más de una oportunidad de negocio para las empresas peruanas. Si seguimos viendo cifras encontraremos que Perú y Chile son los países que tienen una mayor proporción de sus exportaciones e importaciones relacionadas a China. Esto no sorprende pues somos sus proveedores de materias primas. China es hoy el principal comprador de cobre, zinc, aluminio, soya, y petróleo en el mundo. Pero también somos grandes compradores de productos chinos. El Perú es el país en América Latina con el más alto porcentaje de exportaciones dirigidas a China y el tercero en cuanto a importaciones. Hace 15 años América Latina como un todo no le vendía ni el 1% de sus exportaciones a China, hoy eso se ha multiplicado por cuatro.

Todo esto suena excelente pero la parte que asusta a más de uno es la capacidad de enfrentar a China cuando no somos los únicos que vendemos ese bien en los mercados mundiales. Una cosa es ser el único que produce harina de maca en el mundo y otro es ser uno más en la lista de miles de potenciales proveedores de polos de algodón. ¿Qué tan fácil va a ser competir con ellos cuando un tercer país esté escogiendo si su proveedor seguirá siendo la firma peruana o la nueva firma china? Como siempre los economistas tenemos más de una respuesta para una misma pregunta y esta no es la excepción. Algunos estudios señalan que países como México y Chile redujeron sus tasas de crecimiento de exportaciones entre 1 y 2% al año por la competencia china. Sin embargo, otros estudios muestran que en realidad el impacto ha sido prácticamente nulo.

Sea como fuere lo más importante a destacar es la enorme oportunidad que implica asociarse con China y no tanto el pequeño impacto que potencialmente podría tener para algunos sectores específicos de nuestra economía. Y sobre este punto creo que todos coincidimos y por eso vale el esfuerzo del Mincetur de seguir avanzando en el proceso de integrar nuestra economía al mundo que crece con mayor dinamismo.

Publicado en El Comercio Setiembre 6, 2007

Thursday, August 30, 2007

Seguros contra catástrofes

No tengo idea como enfrentaría la noticia que mi casa se derrumbó con el terremoto. No tengo ahorros que puedan reponerla, no tengo otros activos que pueda vender para reponerla. Lo único que me quedaría sería esperar el auxilio temporal de mis familiares ante la emergencia. Esta debe ser la tortura mental por la que están pasando muchos de los iqueños y para la cual pocos de nosotros podríamos sentirnos preparados.

¿Debería asegurar mi casa contra terremotos? Esta pregunta se la debe estar haciendo más de un lector que ha visto la capacidad destructiva del terremoto de hace dos semanas. La pregunta se hace más difícil de evadir cuando uno se entera que el costo de dicho seguro es relativamente bajo. Usted puede estar pagando 400 dólares al año por tener su auto asegurado cuando asegurar su casa frente a terremotos le costaría la mitad de dicho monto. Obviamente, nos cuesta tomar la decisión de asegurar nuestros activos frente a eventos extremos porque les asignamos una probabilidad de ocurrencia bajísima sino prácticamente nula. Ya sea porque confiamos en la calidad de los materiales que hemos empleado en la construcción o porque nunca vimos ninguna casa en nuestro vecindario caer demolida frente a un terremoto. Por ello el mercado de seguros frente a siniestros tan destructivos como los terremotos prácticamente no existe en Perú.

Pero si de la perspectiva individual o familiar vamos a una más macroeconómica cabría preguntarse que tipo de seguros tiene el Estado frente a estas catástrofes. Por el momento parece que el Estado sólo tiene como estrategia ante el desastre el pedir ayuda a nacionales, extranjeros, religiosos o no, deportistas o artistas, industriales o jubilados. Varias entidades han calculado que el costo de la reconstrucción bordea los 500 millones de dólares. Esta cifra no es gigantesca, sólo representa 0.5 por ciento del PBI y no debería representar un grave bache fiscalmente hablando. Al menos no esta vez.

En un trabajo reciente Barro, un conocido economista norteamericano, encuentra que esos eventos extremos pero infrecuentes han sido mucho más costosos en términos de bienestar que las fluctuaciones cíclicas que típicamente enfrentan las economías. De los 6000 desastres naturales ocurridos en los últimos 30 años más de tres cuartas partes afectaron a los países en desarrollo y 99 por ciento de las personas afectadas fueron de dichos países. Es decir, no sólo tenemos mala suerte sino que cuando la tenemos nos va mucho peor que al mundo desarrollado. Los países pueden entrar en serios problemas macroeconómicos dependiendo de la gravedad del incidente. En Belice el costo del devastador huracán Keith en el 2000 fue de 33 por ciento del PBI. Al año siguiente otro huracán le costó 6 puntos más de su PBI. Como imaginarán se desató una crisis fiscal severa y prolongada sencillamente porque no tenían mecanismo alguno para enfrentar el costo de un evento de esas dimensiones. En Perú como en muchos otros países lo único que se hace es tener dentro del presupuesto anual un fondo para contingencias y un ciento de velitas para poner una a cada santo. Claramente esta no es la mejor solución.

El año pasado México sorprendió a los mercados emitiendo los llamados bonos catástrofe, que le permite a México contar con 450 millones de dólares (casi lo que cuesta reponer los destrozos en Ica) en el caso de un terremoto. Ahora que el MEF tiene un manejo más dinámico de sus pasivos debería poner en estudio la viabilidad y conveniencia de emitir bonos para la siguiente e inevitable catástrofe.

Publicado en El Comercio Agosto 30, 2007

Thursday, August 23, 2007

Fragilidad

La semana pasada la tierra tembló. Ciertamente más de lo que muchos recordaban haber vivido, más incluso de lo que recordaban que podía hacerlo. La semana pasada tres ciudades emblemáticas del Perú quedaron para volver a dibujarlas desde cero. El terremoto no dejó piedra sobre piedra en Pisco y a Chincha e Ica la catástrofe fue tan solo algo menos severa. El terremoto dejó desnudas nuestras carencias y también revivió nuestras fortalezas como sociedad. Para muchos será una excelente oportunidad de sentirse útil con su comunidad, ya sea que haya donado mucho o que simplemente haya ayudado a armar los paquetes para llevarlos a la zona del desastre.

Estos eventos extremos, como lo es sin duda un terremoto, nos recuerdan nuestra fragilidad en muchos sentidos. Para empezar como personas, pues la vida la podemos perder incluso rezando por la de aquellos que amamos que la habían perdido. Podemos perder buena parte de nuestra familia, la cual creíamos tener hasta el instante previo. También se puede perder la casa, escenario de mil recuerdos, de mil disputas, y seguro de otras tantas reconciliaciones. Se puede perder el negocio que marcó nuestra cara y nuestras cabelleras con arrugas y canas, respectivamente.

Las personas pretendemos tratar de protegernos frente a estos eventos extremos pero lo cierto es que poco se puede hacer para lograrlo. El mercado nos ofrece la posibilidad de asegurar nuestras vidas, la de nuestras familias, también podemos asegurar nuestra casa y nuestro negocio. Todos son intentos porque el daño irreversible sea en parte reparable. Nada hará que la pérdida de nuestros seres queridos sea compensada. Y aunque en mucho menor medida, tampoco nos será fácil aceptar que nuestra casa ya no es la misma o repensar si debemos o no reconstruir lo que fue nuestro negocio.

En el Perú el segmento protegido ante estos eventos extremos es mínimo y es por eso que hace falta tanto esfuerzo solidario para paliar ese enorme hueco en la red de protección social. Hoy no quiero criticar lo que se hace o no se hace desde uno u otro sector. Lo cierto es que estos eventos extremos están y estarán presentes en muchas formas en nuestra vida cotidiana, estemos o no conscientes de ello. Esta vez es un terremoto, la próxima será un huayco, o cualquier accidente. No interesa la magnitud social sino el impacto masivo en un individuo.

En verdad creo que el mayor esfuerzo de reconstrucción debería hacerse por el lado de proveer de casas de calidad a los damnificados y de reconstruir rápidamente la infraestructura dañada incluyendo la reposición total del servicio eléctrico. El resto de la recuperación se irá dando en el marco de esa fragilidad que encierra la vida misma. Nunca sabremos si lo que ayer construimos con tanto esfuerzo estará mañana. Pero, siempre tendremos en nuestro interior la paz de haber actuado como debimos con los que siempre serán nuestros hermanos. Hoy nuestras oraciones están con todos ellos.

Publicado Agosto 23, 2007 en El Comercio

Thursday, August 09, 2007

El parto social

Como padre me desespera cuando mis hijos no comparten entre ellos. Muchas veces interrumpo su negociación y decido por sobre lo que ellos puedan haber discutido hasta entonces. Otras veces sencillamente dejo que ellos se arreglen. Muchas veces el arreglo final puede resultar abusivo o injusto para alguno de ellos. Lo que sin duda ninguno tiene en mente en ninguna de esas disputas es que ambos tienen intereses comunes de muy largo plazo y no sólo de muy pero muy corto plazo (como convencerme de comer pizza esa noche en lugar de algo más sano). Como padres nos cuesta mucho poder transmitirles a nuestros hijos que en sus futuras discusiones tengan en cuenta esos intereses comunes de largo plazo. Es más difícil aún, hacerles ver que si entre ellos hay cooperación el resultado final puede ser mucho mejor para ambos. Sin embargo, ellos muchas veces terminan en el peor escenario por no colaborar.

Empiezo de esta manera porque el Perú vive un intento más de llegar a un acuerdo social sobre el futuro común de los peruanos. Lamentablemente el Presidente le encomendó como primera tarea algo que sin duda es absolutamente irrelevante para una enorme cantidad de trabajadores que están muy lejos de ganar algo parecido al salario mínimo. No obstante, la remuneración de muchos trabajadores informales (empleadas del hogar por ejemplo) están de alguna manera atadas al salario mínimo. Lo cierto -y aquí concuerdo plenamente con lo señalado por el ministro de Economía- es que la principal preocupación es que la mayoría de los trabajadores accedan a los beneficios de la formalidad. Desde un punto de vista más global la principal preocupación es cómo hacer que los beneficios del crecimiento sean percibidos por todos y que dicho crecimiento pueda darse de forma sostenible.

Todo el mundo suponía que esto ya había sido encargado al Acuerdo Nacional. Es más dicho grupo había firmado el Pacto de Mediano Plazo por la Inversión y el Empleo Digno hace más de dos años y la verdad es que no tengo idea si es que eso sirvió de algo.

Lo cierto es que luego de los primeros intentos, el Pacto Social no pinta nada bien. La CGTP no quiere saber nada del pacto, la ministra no quiere discutir el salario mínimo en este foro sino en el Consejo Nacional del Trabajo, y los empresarios están desconcertados de ver que el tema era una preocupación presidencial más que una decisión del gabinete ministerial. Por su parte el responsable del Pacto Social ha presentado una lista de temas que nos recuerda a los temas que el Consejo Nacional de Competitividad (CNC) discutió por más de un año en el gobierno anterior. Es más parece que los mismos actores van a volver a ser convocados. La verdad sería más útil que alguien, ya sea el premier o el ministro de Economía asuma lo que el CNC concluyó.

El pacto social se parece cada vez más a un parto social. Un proceso largo, doloroso, donde muchos deben hacer sacrificios personales pensando en el bien común que está por venir. Pero donde nadie está dispuesto a ceder nada que realmente importe para construir ese camino de compromisos mutuos que termina en ganancias mutuas. Mientras unos y otros se animen a cooperar, seguiremos profundizando las diferencias en nuestro país y seguiremos alimentando la posibilidad de soluciones extremas. Pero como dice el refrán popular, gallina que come huevo aunque le quemen el pico.

Publicado en El Comercio, Agosto 9, 2007

Monday, August 06, 2007

Razones para dudar

El discurso presidencial debió terminar con la visión del Perú al 2011. El recuento innumerable de pequeñas cosas hechas diluyó el importante mensaje central del Presidente: el Perú tiene un enorme potencial de estar mucho mejor en unos años con el esfuerzo solidario de todos. Me parece importante remarcar que el Presidente plantee que el Perú debe alcanzar estas metas de reducción de pobreza, mayor inversión y progreso sobre la base de un nuevo modelo. Uno en el que las regiones pasan a tener un marcado protagonismo. En que son los gobiernos regionales y municipales los principales responsables de alcanzar ese mayor desarrollo.

Este cambio puede ser muy interesante porque implica abandonar esa visión virreinal que mencionó el presidente pero también puede implicar una enorme reducción en la calidad del gobierno. No hay nada más falso que algo que sea haga descentralizadamente se haga necesariamente mejor. Deficiencias en la ejecución pueden implicar mayor conflicto social y no necesariamente menos conflicto. El gobierno central tiene que acompañar este proceso sino la lavada le costará más que la camisa.

A pesar de estar muy de acuerdo con los lineamientos generales planteados por el presidente me quedaron sin embargo algunas dudas. Para empezar la austeridad es bienvenida donde realmente se elimina el dispendio. No así donde si hace falta invertir recursos. Un estado eficiente necesita gente capaz. Gente capaz solo hay a precio de mercado. El resto es poesía. Noten que el cambio central de la reforma de la carrera magisterial es que el Estado va a reconocer (en forma de mayor remuneración) a aquellos profesores que por sus méritos deben ser mejor pagados. ¿Por qué el Estado si incorpora la meritocracia para sus profesores pero no para el resto de la administración pública?

Otra potencial fuente de conflicto y pocos resultados concretos es la propuesta de discutir un pacto social. ¿Ese pacto social incluirá a los trabajadores y firmas informales que hoy no incorpora el Consejo Nacional de Trabajo? ¿Seguiremos pactando entre las inmensas minorías sobre temas que afectan a esas mismas minorías? ¿En algo se reducirá la informalidad si el Congreso aprueba el actual proyecto de ley de trabajo tan defendido por miembros de la actual mesa directiva?

Escuché el discurso en la comodidad de mi cama abusando un poco del descanso que permite el feriado. ¿Qué dirán las familias de más bajos ingresos que escucharon el mensaje? ¿Tendrán paciencia? ¿Esperarán que las inversiones los alcancen al mercado global que crecerá este año más de 5%? ¿Esperarán a que el gobierno en el medio de las importantes negociaciones de Tratados de Libre Comercio con varios países se acuerde que también debería poner el acelerador en el TLC interno? El presidente no mencionó esta palabra en su extenso discurso. Ni siquiera habló de su primo lejano, el programa Canola Exportadora.

El shock de inversión pública fue otro de los temas ausentes del debate. El presidente tampoco se acordó de esta fallida iniciativa. Sin embargo, la ausencia de esta inversión está íntimamente ligada a esta desconexión con los mercados que enfrentan las familias y firmas que viven justamente en las zonas donde hay mayor pobreza en el país. No terminé de entender como es que el shock falló a pesar que el presidente pudo leer más de una hora una interminable lista de obras hechas en menos de un año de gobierno.

Termino con una pregunta difícil: Si el gobierno supiera que el crecimiento de la economía mundial se va a reducir significativamente, ¿que es lo que haría distinto?

Publicado en El Comercio, Agosto 2, 2007

Saturday, July 28, 2007

Comentarios del discurso del Presidente 28 de julio de 2007

El discurso presidencial debió terminar con la visión al 2011. El recuento innumerable de pequeñas cosas hechas diluyó el importante mensaje central del Presidente: el Perú tiene un enorme potencial de estar mucho mejor en unos años con el esfuerzo solidario de todos. Me parece importante remarcar que el Presidente está planteando que el Perú debe alcanzar estas metas de reducción de pobreza, mayor inversión y progreso sobre la base de un nuevo modelo. Uno en el que las regiones pasan a tener un marcado protagonismo. En que son los gobiernos regionales y municipales los principales responsables de alcanzar ese mayor desarrollo.

Este cambio puede ser muy interesante porque implica abandonar esa visión virreinal que mencionó el presidente pero también puede implicar una enorme reducción en la calidad del gobierno. No hay nada más falso que algo que sea haga descentralizadamente se haga necesariamente mejor. Deficiencias en la ejecución puede implicar mayor conflicto social y no necesariamente menos conflicto.

A pesar de estar muy de acuerdo con los lineamientos generales planteados por el presidente me quedaron sin embargo algunas dudas.

1. Como ya dije la descentralización puede hacer que la población participe más cercanamente de las decisiones que afectarán su futuro pero no siempre decidirán lo mejor.
2. La austeridad es bienvenida donde realmente se elimina el dispendio. No así donde hace falta. Un estado eficiente necesita gente capaz. Gente capaz solo hay a precio de mercado. El resto es poesía.
3. ¿Qué dirán las familias de más bajos ingresos que escucharon el mensaje? ¿Tendrán paciencia? ¿Esperarán que las inversiones los alcancen al mercado global que crecerá este año más de 5%?
4. ¿Cuánto ha mejorado la situación de pobreza de aquellas familias inscritas en Juntos? ¿Ha valido la pena el esfuerzo?
5. Más TLCs sean todos bienvenidos. Pero hace falta poner el acelerador en el TLC interno. De esto no se dijo ni una palabra.

El tema más destacable: Me pareció excelente que el Presidente señalara a la Ley de Carrera Magisterial como la acción legislativa más importante de este primer año.

El tema incierto: ¿el pacto social incluirá a los trabajadores y firmas informales? O seguiremos pactando entre las inmensas minorías.

El tema ausente: shock de inversión pública. Increíble toda la lista de obras que señaló el presidente a pesar de que se sabe que el shock de inversión pública fue un rotundo fracaso.

El tema polémico: ¿que cosa es realmente hacer justicia social? ¿otorgar miles de millones a unos miles de jubilados que querrán desafiliarse del sistema privado de pensiones luego de voluntariamente pasarse a dicho sistema es realmente hacer justicia social? ¿Recontratar a personas que se fueron de la administración pública con indemnizaciones voluntariamente aceptadas es hacer justicia social?

La pregunta difícil: ¿Y si el crecimiento de la economía mundial se detuviese que es lo que haría distinto este gobierno?

Thursday, July 26, 2007

Mi discurso para el 28

Algunos no lo saben pero uno de mis trabajos anteriores fue hacerle los discursos al Ing. Jorge Camet cuando el ocupó el cargo de Ministro de Economía. Así que en plan de recordar viejos encargos le voy a sugerir algunas ideas al Presidente García para este sábado. Luego del queridos compatriotas yo seguiría así.

No he venido aquí a decirles que las cosas que están caminando bien y que tengan paciencia. Hoy he venido a convocarlos a todos los que me escuchan a ayudar a que las cosas se hagan mejor por el bien de todos nosotros, los peruanos. Estoy convencido que el Perú que dejemos el 2011 puede ser un Perú muy distinto al que hoy tenemos donde aún miramos más hacia atrás para ver lo que pudimos ser. Donde miramos a los costados no para pedir ayuda sino para buscar responsables de lo que no salió como queríamos. Y donde se hace tan difícil mirar hacia delante con convicción de que el porvenir está en nuestras manos, en nuestro esfuerzo individual y de conjunto. Hoy he venido a pedir su ayuda.

Hace unos días el INEI mostró cual debería ser nuestra principal preocupación. Las cifras de pobreza revelan que si bien el crecimiento de los últimos años ha permitido reducir la pobreza en algunos puntos porcentuales, dicho crecimiento ha sido absolutamente ineficaz para reducir la pobreza en las zonas más pobres del país. Luego de este auge económico en 14 de las 24 regiones del país la pobreza supera el 50 por ciento. Esto es intolerable. No podemos pretender construir un Perú distinto sin modificar radicalmente esta situación. Desde aquí llamo a los Presidentes regionales a colaborar en esta cruzada, el país, sus regiones no necesitan alzar piedras y palos para resolver estos problemas. La solución está en aquello que si ha funcionado en las otras áreas del país donde la inversión privada se ha podido desarrollar para dar empleo formal y en donde la presencia del Estado si ayuda. En esas zonas el Estado ha construido o ha dejado construir a los privados las carreteras que acercan los mercados, que posibilitan los negocios, que integran.

Estas cifras nos llevan a cuestionar lo que el Estado ha venido haciendo en materia de programas sociales. Desde hace algunos años atrás el Perú viene gastando cifras récord en las políticas sociales y estas no han dado los frutos que uno esperaría. Hoy la mayoría de nuestros niños de escuelas públicas no son competitivos. No pueden enfrentar con éxito el mercado de trabajo que hoy es mucho más exigente. El gobierno está firmemente convencido que se necesita revolucionar la educación pública. Para ello hemos aprobado una nueva ley de carrera pública magisterial que permitirá que los profesores sientan que su esfuerzo es recompensado. Que el Estado premia a quienes si ponen de su parte para reconstruir la escuela pública en el país. Entiendo que hay muchos que tienen temor a estos cambios y eso es normal. Pero insisto en mirar hacia delante y pensar en que sí se puede transformar la educación pública.

Desde aquí hago un llamado urgente a todas las bancadas, a todos los empresarios chicos y grandes, a apostar por la transformación del país en uno más justo, más solidario, y sobre todo donde la pobreza se reduzca creando oportunidades, alentando el progreso que se traduce en mayor desarrollo. El país reclama que no ahorremos esfuerzos en construir esas alianzas que permitan que todos nos sintamos orgullosos de ser peruanos. Pongamos lo mejor de nosotros por construir nuestro país. ¡Viva el Perú!

Publicado en El Comercio Julio 26, 2007

Thursday, July 19, 2007

Fallas de comunicación

Los que saben dicen que las fallas de comunicación arruinan empresas, terminan matrimonios y descarrilan la vida de nuestros hijos. Resulta poco sorprendente que el gobierno ahora diga frente a la semana de protestas por todo el país que lo que ha hecho falta es comunicar los logros del gobierno. Al Presidente lo recibieron de muy mala forma en Puno y creo que eso puso el punto final a su gira por el sur andino. Las giras se han sustituido por spots en radio y TV donde se trata de decir lo que nadie quiere oír.

Lo cierto es que cualquiera que sea jefe sabe perfectamente que no hay excusa más fácil que señalar que la raíz de los problemas está en que la gente no ha recibido la información correcta. Obviamente, estos problemas no son nuestros problemas. Los culpables serán nuestra oficina de prensa, el jefe de comunicaciones, o porqué no, la prensa en sí misma que no coopera, o inclusive los propios trabajadores que de repente tienen una actitud hostil o poco comprometida con la empresa. De esa manera, zafamos cuerpo de los problemas y alguien más se merece una llamada de atención.

Desde el punto de vista macroeconómico, el gobierno pretende señalar que las protestas se originan por una falla en la comunicación de los logros del gobierno. Una gran mayoría de gente con justa razón está harta que se le refriegue que el Perú viene creciendo más de 70 meses seguidos y que el PBI per capita aumentó más de 30 por ciento en los últimos seis años. Y le molesta porque ve a su alrededor y nada de eso pasó con su familia. El colegio al que van sus hijos sigue estando igual de ruinoso, su hija mayor tuvo que emigrar pues no hay quien le de un trabajo en la zona, y de la presencia de los políticos no queda más rastro que unos polos raídos que algunos utilizan como trapos.

La tarea del gobierno es compleja pues los datos muestran que reducir la pobreza significativamente requiere persistir en un camino de prudencia macroeconómica pero también requiere salir del actual modelo de políticas sociales. Estas han demostrado su enorme ineficiencia en sacar de la pobreza a ese 50 por ciento de peruanos para el cual el crecimiento no ha sido suficiente. Claro que hay dentro de este grupo algunos que han podido salir de la pobreza pues hoy tienen un mejor empleo que el que tenían aunque siga siendo informal.

El gobierno ha aceptado –resignado- que el TLC con Estados Unidos vendrá en la primavera porque los legisladores gringos están más interesados en pelearse entre ellos que resolver los temas. Sin embargo, los avances en la agenda del TLC interno son mucho más complejos. La infraestructura pública no mejora a la velocidad necesaria aunque en el camino, la reforma laboral se tuvo que postergar para que no se arme más lío, la mejora de la educación pública se empezará a sentir en muchos años más si es que nadie perfora la ley aprobada y los involucrados se comprometen con la reforma, y sigo sin entender porqué tiraron al tacho el programa de carreteras costa-sierra que era la estrategia más obvia de integración.

Se necesita no perder la brújula y caminar por donde sabemos se tendrá frutos en el tiempo, ojalá que los presidentes regionales quieran convocar a sus poblaciones a sumarse a este esfuerzo. Pretender tener logros que mostrar en el corto plazo es querer que las gallinas produzcan huevos en la mitad del tiempo. No hay marcha que logre eso.

Publicado en El Comercio Julio 19, 2007

Thursday, July 12, 2007

El Osiptel y el factor X

Como se reportó ayer en este diario he participado junto con otros especialistas en el equipo que apoyó a Telefónica del Perú a preparar su propuesta de reajuste tarifario para los servicios de telefonía fija. Para la gran mayoría de los mortales el proceso resulta muy complejo y para mi muchas de las cosas también han sido novedad. Déjenme tratar de explicar este asunto desde mi perspectiva. No soy experto en regulación así que no podré utilizar el lenguaje enredado que se utiliza en esa parte de la profesión.

Casi todos sabemos que cuando Telefónica compró la Compañía Peruana de Teléfonos el gobierno vendió un monopolio y por muchos años el servicio de telefonía fija fue atendido exclusivamente por dicha empresa. Esa situación obligó al gobierno a fijar en el contrato de concesión que periódicamente las tarifas se reajustarían. La práctica internacional utiliza un sistema que consiste en trasladarle forzosamente al usuario cualquier mejora en la eficiencia de la empresa. Es decir, si Telefónica genera más productos con menos insumos esa ganancia de productividad debería reflejarse en menores tarifas para los usuarios de dicho servicio. De esta forma, Telefónica comparte sus mayores utilidades con los usuarios.

Nuestra regulación funciona de la siguiente manera. Telefónica propone un valor que debería servir para ajustar sus tarifas (conocido como el factor X). Luego, Osiptel revisa estos cálculos y propone su propio valor. Telefónica a su turno revisa lo propuesto por Osiptel y opina. Luego de una audiencia pública donde se busca recoger más opiniones, Osiptel publica una resolución que podría ser objetada por Telefónica. Ayer fue la audiencia y hasta ahora Telefónica propuso un factor X de 4.13% y Osiptel propuso 8.23%. Mientras uno propone que las tarifas se reduzcan cada año 8 por ciento el otro dice que la sólo la mitad.

Obviamente que uno podría decir que aquí se acabó la discusión. Que lo lógico sería ir por una mayor rebaja de tarifas. Pero no todo es tener un precio bajo. Si no pregúntenle a los argentinos cómo sufren de cortes de electricidad porque el gobierno impuso tarifas irreales que no promueven una mayor inversión en el sector eléctrico. Además, el gobierno debería tener dos objetivos en mente. Por un lado, menores tarifas para todos los actuales usuarios. Pero por otro lado, expandir el acceso al servicio. No todos tienen acceso a servicios de telefonía. Creo que el actual MTC tiene perfectamente claro este tema, ojalá Osiptel esté sintonizado.

Yendo al actual proceso creo que la preocupación central es una vez más la predicitibilidad del marco regulatorio. Si un año Osiptel utiliza una determinada forma de hacer los cálculos y en el siguiente proceso hace algo totalmente distinto sin mayor justificación entonces Osiptel está contribuyendo a aumentar el llamado riesgo regulatorio que no es otra cosa que la probabilidad de arbitrariedad y sorpresas injustificadas en las decisiones del regulador. En este sentido, Osiptel ha hecho dos cosas que yo no hubiera hecho. Una es calcular la productividad total de la economía por un método que nadie en el Perú ha calculado porque no hay datos para hacerlo de manera apropiada. Y la segunda es creer que la variación del Indice de Precios al Consumidor que publica oficialmente el INEI no es el indicador de precios de la economía, cuando ellos mismos lo han utilizado en los dos procesos anteriores. En vez de ello han recurrido al deflactor implícito del PBI que es un número que cambia cada año con cada revisión de las cifras del PBI. ¿Se imaginan que el INEI cada año diga que la inflación no fue la que dijo que antes anunció y publicó en El Peruano? ¿Usted tomaría ese dato para algún contrato?

Publicado en El Comercio Julio 12, 2007

Thursday, July 05, 2007

Voracidad y crecimiento

Vengo de una familia de cinco hermanos (cuatro hombres con mucho apetito y una mujer) así que los almuerzos siempre fueron una potencial fuente de conflictos. Cómo usted ya sabe a mi me gusta proponerle ejercicios para su sana diversión. Llame a sus hijos más chicos o a sus sobrinos y a sus amigos y siéntelos a la mesa. Una vez que estén todos sentados y con un plato vacío al frente ponga una pizza humeante en el medio bien cortada en pedazos simétricamente iguales. Haga la prueba de no decir absolutamente nada y probablemente una lluvia de brazos se lanzarán al unísono sobre la pizza, cada uno intentará tomar un pedazo y mientras haya pizza para todos no habrá mayor problema que quien le pone primero orégano a su porción o quien repite primero.

A la semana siguiente haga exactamente el mismo ejercicio pero cambie sólo un pequeño detalle del experimento. Esta vez sirva la pizza sin cortarla previamente. ¿Qué cree que pasará esta vez? Los chicos hambrientos y desesperados por naturaleza tendrán que negociar quien hace uso del único cuchillo disponible capaz de servir para repartir la pizza. Por más que alguien tome la iniciativa y empiece a cortar pedazos tratando de aplicar sus conocimientos de geometría para lograr los pedazos más parecidos posibles, esta persona recibirá una lluvia de críticas porque el resto de comensales dudará de su capacidad de repartir de manera justa la pizza en cuestión. Seguramente no faltará alguno que quiera dar un “golpe de estado” y asumir la labor de cortador oficial de la pizza.

La ausencia de reglas claras con respecto a la división de la pizza lleva a situaciones de potencial conflicto. Inclusive, uno podría imaginar un caso en el cual los comensales no se ponen de acuerdo y mientras uno toma el cuchillo otro se apodera de la pizza para evitar que esta caiga en manos de un injusto repartidor de porciones. Poniéndome pesimista la pizza podría terminar volando por los aires en medio de la voracidad de los comensales y la ausencia de un árbitro que ponga freno al desorden y la ausencia de una regla para compartir los beneficios. Al final lo único que se repartirán serán las quejas por haber arruinado la posibilidad de disfrutar una humeante y sabrosa pizza.

Este tipo de problemas parecen haberse desatado como consecuencia de los abundantes recursos financieros que está generando temporalmente la minería en el Perú. Empiezan a haber algunos que cuestionan el tamaño de los sueldos de algunos gerentes de algunas empresas mineras. A otros les parece poco los impuestos a la renta provenientes de las utilidades de las empresas mineras y encima cuestionan que el Estado no recibe nada pues no hay impuestos a las ganancias de capital. Pero los que se llevan el premio son algunos de los presidentes regionales que en lugar de ponerse a trabajar en la forma más eficiente de utilizar los ingentes recursos que están recibiendo amenazan con tomar las minas. ¿A cuantas personas ha detenido el Ministro Alva Castro por bloquear carreteras?

El gobierno acaba de sacar una parte del aporte voluntario minero para dedicarlo al proyecto Crecer. Una vez más el Perú financia gastos permanentes con recursos temporales. La miopía es increíble. Claro, siempre alguien dirá que es mejor gastarlos que verlos sentados en las cuentas de algún banco. Lo cierto es que la pizza está servida, pero si no hay claridad en la forma en que ésta será repartida en el futuro, puede ser que el encargado del delivery ya no quiera venir más por nuestra casa. La voracidad sin instituciones que garanticen reglas básicas termina produciendo un crecimiento menor del que podría darse.

Publicado en El Comercio, Julio 5, 2007

Thursday, June 28, 2007

Reina de Corazones

Esta semana lo que más me llamó la atención han sido las enérgicas críticas del Presidente que han terminado en la renuncia del Director Ejecutivo de ProInversión. La excusa de turno fue que la población de Puno se quejaba amargamente que una vez más se postergaba la carretera interoceánica sur.

Por un lado, me alegró mucho que algún pueblo por fin proteste porque no lo dejan progresar a través de contar con un mayor acceso a los mercados y a la posibilidad de mejorar su competitividad gracias a una mejora sustantiva en su infraestructura. Por otro lado, la reacción presidencial de quitarle la confianza a un funcionario que depende de 8 ministros y al presidente de OSITRAN a quien nunca se la dio me hizo recordar uno de mis cuentos infantiles favoritos. En Alicia en el país de las maravillas, la reina de corazones no tenía mejor forma de resolver cualquier conflicto que sentenciando a viva voz “¡que le corten la cabeza!”. Y quien se atreviese a disputar su criterio y determinación también sería penalizado con el mismo castigo al instante. La reina de corazones no entendía razones ni acepta explicaciones, es más, ni las buscaba.

No se si recordarán pero uno de los pasatiempos favoritos de la reina era jugar al croquet, juego que consiste en pasar unas pelotas de madera por en medio de unos pequeños arcos de metal clavados en el suelo golpeándolos con unos palos de madera. El problema es que en la novela de Lewis Carroll, la reina se exaspera pues en su juego las pelotas son unos escurridizos erizos que no se dejan golpear. En lugar de palos, la reina juega con flamencos que no están precisamente muy encantados con la idea de golpear una pelota con su cabeza. Ante tanto problema en el juego la reina resuelve que sean sus soldados, los naipes, los que hagan de arcos. De ese modo, no importa que los erizos o los flamencos no cooperen. Para eso están sus incondicionales soldados quienes deberán moverse o sufrir el castigo sumario: “que le corten la cabeza”. Así cualquiera coopera, ¿no?

Sin embargo, lo más lógico sería preocuparse por entender por qué es que no se puede jugar apropiadamente al croquet y no cortar cabezas hasta quedarse sin jugadores. ¿Por qué es mejor cambiar los instrumentos del juego en lugar de amenazar con cortarle la cabeza a quien se ponga en la oposición indolente?

¿Por qué ninguno de los ministros que participa de ProInversión salió en defensa de René Cornejo? ¿Temía que su cabeza fuera la que rodase en lugar de la del Director Ejecutivo de ProInversión? La rápida renuncia de Cornejo le ha facilitado la vida al Presidente de OSITRAN quien ahora puede permanecer en silencio mientras al Presidente García alguien le explica que en realidad otras eran las cabezas que debía haber reclamado.

No quiero cerrar esta columna reconociendo públicamente mi aprecio por la destacada labor de la Ministra Araoz quien junto al equipo del Mincetur han logrado sacar adelante el Tratado de Libre Comercio con EEUU. Para ella y su equipo vayan los aplausos del caso. Me encantaría que hoy jueves la tapa de este diario informase sobre la aprobación del protocolo de enmiendas por parte de nuestro Congreso. A seguir abriendo puertas de oportunidad y prosperidad para todos los peruanos.

Publicado en El Comercio, Junio 28, 2007

Thursday, June 21, 2007

Agrobanco: un instrumento equivocado

Partamos de algo esencial. Usted y yo pagamos impuestos. Eso supuestamente nos debería dar derecho a reclamar cuando vemos que el Congreso o el Gobierno opta por malgastarlos. Acaban de salir los resultados del primer trimestre del año de la Encuesta Nacional de Hogares que muestran una vez más que la calidad del gasto público si importa cuando se trata de los resultados de la lucha contra la pobreza. No basta una billetera llena si no se corrige la forma como se ejecuta el gasto. Imaginen tratar de ir de Lima a Arequipa en un auto con un hueco en el tanque de gasolina, pero con la billetera llena de efectivo para echar cuanta gasolina haga falta. Eso es lo que hace el gobierno, no solo este, también lo hicieron todos los anteriores que yo recuerde unos con menos plata en las cuentas fiscales y otros con muchísimo menos.

La semana pasada me quejaba que el gobierno aprista no tenía o no comunicaba una idea muy clara de lo que quería hacer. Bueno, parece que no se les ocurrió mejor idea que desempolvar el viejo y querido plan de gobierno y empezar a poner en práctica lo conveniente y también lo inconveniente. En la última categoría está una de esas promesas presidenciales que todo el mundo esperaba que el Presidente ignorase: hacer del Agrobanco un banco de primer piso. Esto es permitir que Agrobanco preste sin intermediarios especializados de por medio. Por ahora Agrobanco funcionaba como una entidad de segundo piso, es decir, no atendía directamente a nadie. En realidad, 2 de cada 3 soles que prestaba lo hacía a través de otras instituciones financieras especializadas. Es decir, su rol era básicamente servir de fuente de recursos para que otros tomen el riesgo que implica prestar a agricultores.

Pero parece que eso no es suficiente y los congresistas aprobaron que Agrobanco tenga carta libre para prestar a quien ellos decidan de manera directa. ¿Qué va a pasar con las cajas municipales, rurales y EDPYMEs que hoy están recibiendo fondos de Agrobanco y luego tendrán que competir con Agrobanco en una clara situación de desventaja? Mientras todas estas instituciones financieras obtienen recursos en el mercado privado de fondos, Agrobanco cuenta con una línea directa del Tesoro Público. Así yo también pongo mi banco.

Los bancos públicos están sujetos a un montón de jaloneos del sector público y seguramente el Agrobanco no será la excepción. Cuando los tiempos difíciles regresen seguramente los mismos congresistas serán los que salgan a rescatar a los pequeños agricultores que no tienen porqué cargar con el peso de esas deudas. Quien las cargará seremos nosotros los contribuyentes que seguiremos aportando con nuestros impuestos recursos para financiar estas aventuras demagógicas.

¿Se imagina que si usted fuera socio de esta entidad aprobaría semejante iniciativa? Me quedan tantas dudas para nuestros congresistas que solo alcanzo a listarlas: ¿Se han puesto a pensar que toda institución financiera requiere de un tamaño mínimo para operar eficientemente? ¿Se han detenido a reflexionar que el crédito que ellos no proveen alguien más lo entrega (proveedores, compradores, el resto del sistema financiero, etc)? ¿Se han detenido a pensar si esta es la mejor forma de ayudar a quienes realmente se quiere ayudar. Insisto que un tema recurrente en este gobierno es su incapacidad en reconocer cual es la mejor forma de atender a quienes se quiere apoyar. No están mal los objetivos, lo que está mal son los instrumentos.

Publicado en El Comercio Junio 21, 2007

Tuesday, June 19, 2007

Tener dinero y no poder gastarlo

Comentarios en El Pais sobre la bonanza de recursos

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Thursday, June 14, 2007

Hoy: lluvia de millones, ¿mañana?

El presidente García se dio el gusto y el lunes entregó a gobiernos regionales y locales millonarias sumas de dinero “fresco” como varias veces enfatizó. Frente a las continuas críticas a su tantas veces mentado shock de inversión pública no se le ocurrió mejor idea que presentar unos cheques gigantes dando la imagen que cada una de estas autoridades parecía estar cobrando el premio gordo de la lotería. La verdad es que más pareció una forma exagerada de hacer notar que el problema de la incapacidad de gastar la enorme cantidad de recursos –hoy- disponible es responsabilidad también de otros actores de la escena política.

Sin duda el problema implica responsabilidades compartidas y por ello se requiere de liderazgos compartidos. Se necesita que los líderes locales asuman la responsabilidad de explicar los beneficios de cada opción, de cada alternativa. Obviamente aquí muchas autoridades y pueblos en general enfrentan el problema que mucha de esa información es costosa generar y muchas veces nadie está dispuesto a gastar para obtenerla y otras veces ni siquiera existen los recursos localmente para hacerlo. ¿Por qué es mejor destinar los recursos del canon en una nueva posta médica en lugar de invertirlos en mejorar el actual camino de herradura a la ciudad más próxima? ¿Cuánto más se mejorarán los indicadores socioeconómicos básicos de la población local con una u otra alternativa? ¿Por qué tiene sentido priorizar aquellas cosas que beneficiarán a los hijos de los actuales votantes? ¿Quién va a proveer de esa información o vamos a decidir así no más, por intuición?

Asimismo, es su tarea explicar las bondades de que parte de este dinero se debe ahorrar para cuando los abundantes recursos del canon no lleguen. ¡En ningún pueblo llueve todos los días del año! Parte de esos recursos deben ahorrarse para tener con qué mantener aquellas inversiones que se hagan en caminos, redes de desagüe y electricidad, inclusive en mantener las aulas o postas de salud existentes. El objetivo no puede ser inaugurar obras, cortar cintas y descorchar botellas. El objetivo tiene que ser mejorar la calidad de vida de esas poblaciones. El problema es que alcaldes elegidos por tres años con poco menos del 20% de la votación no tienen ningún incentivo para pensar en plazos largos.

Al gobierno central le corresponde la responsabilidad de acompañar este proceso desbloqueando regulaciones que impidan la pronta ejecución de proyectos consensuados y técnicamente perfilados. Le corresponde mostrar las buenas prácticas para que otros copien lo bueno y mostrar los grandes errores para que éstos últimos no se multipliquen.

Al país le va ir muy mal en el futuro si demostramos incompetencia para gastar los abundantes recursos que hoy tenemos. Nuestra historia está llena de errores similares. El presidente no puede limitar la responsabilidad del gobierno a entregar recursos. Es más, el gobierno debería haber propuesto una forma de evitar tener que entregar de esta manera tantos recursos a ciertas zonas. No pueden las autoridades salir a decir que “lo hice porque la ley me obliga”. Ellos sabían del problema anticipadamente y no se ha hecho lo necesario para evitar caer en el problema. Si el gobierno central no va a ser prudente y pensar en el futuro cómo puede exigir lo mismo a los gobiernos locales. Hoy hay lluvia de millones de dinero fresco para todos, ¿y quién piensa en mañana? ¿O usted se gastaría en una noche el premio gordo de la lotería? Si lo hace, por lo menos, invite.

Publicado en El Comercio Junio 14, 2007

Thursday, June 07, 2007

Me encanta cuando un plan se realiza

Le propongo que haga usted la siguiente prueba, tome un lápiz y papel y escriba en menos de 3 minutos las cinco grandes prioridades de este gobierno. No se desanime si solo logra escribir una o dos yo me quedé exactamente igual. El viernes pasado me invitaron a conversar con los asesores de un grupo político en el Congreso de la República y presentarles mi apreciación sobre el primer año del gobierno del Presidente García. Lo más difícil fue contestar la pregunta: ¿cuáles son las cinco prioridades del actual gobierno?

No sé si es porque el Presidente habla de esto y de aquello y así termina por confundir incluso al más ávido de estar enterado. Quizás el problema sea creer que la suma de cortos plazos es un largo plazo. El gabinete a veces parece más dedicado a responder las urgencias de la coyuntura que a trabajar en lo que quedará luego de que la espuma informativa se desvanezca.

De repente es un problema de comunicación producto de los escándalos de la semana, los cuales terminan por diluir el mensaje central del gobierno. Una semana es un señor que tenía juicios pendientes pero igual lo nombraron viceministro, la siguiente es una señora que ha encontrado la sabiduría en el consejo de las empleadas del hogar, la próxima otra señora que contrata gente pero que esa gente es tan buena gente que le regala su sueldo, y así sucesivamente al extremo que los programas de “ampays” de nuestra TV palidecen en comparación con el espectáculo que viene de la política. Mis colegas columnistas / publicistas sin duda podrían intentar explicar porqué el gobierno comunica tan mal lo que en realidad quiere hacer.

Cuando uno analiza porqué se hacen o se dejan de hacer un conjunto de reformas, o un plan de reformas, típicamente los culpables son: la falta de ideas, la ausencia de voluntad, la inexistencia de un liderazgo que impulse el plan, o la falta de recursos para poder llevar a cabo dichas ideas. Difícilmente diría que se trata de un problema de voluntad pues del Presidente para abajo hay múltiples señales favorables. Tampoco el tema de recursos pareciera ser el que esta vez detiene las cosas. Al menos no en lo que se refiere a recursos financieros. Por ello, las únicas explicaciones que quedan son la falta de recursos humanos, en parte expresada por la falta de liderazgo. El presidente puede ser quien lleve este tema en la agenda política pero no es quien está encargado de la ejecución. El presidente del Consejo de Ministros vive abrumado por los múltiples incendios que debe apagar y algunos de los ministros ajustan sus acciones para ver si siguen saliendo en la foto del próximo 28 de julio. El ministro de Economía y Finanzas quien en otras épocas fue el que lideró este tipo de esfuerzo no termina de olvidarse que ya no es solamente ministro de Finanzas. Al MEF le falta gente si es que ellos quieren asumir este reto. Mientras tanto, al viceministro de Economía lo acaban de desembarcar del Consejo Interministerial de Asuntos Sociales no sé si por falta de ideas o por falta de voluntad de liderar la reforma de los programas sociales.

A costa de sonar muy tío la frase con que he titulado esta columna era muy utilizada en uno de mis programas de TV favoritos. Anibal, el líder de “Los Magníficos”, interpretado por George Peppard, terminaba el show diciéndola luego de que su plan previamente diseñado había funcionado a la perfección. No pretendo ponerme a leer –otra vez- el plan de gobierno del APRA pero ojalá que el presidente García pueda decir eso mismo el 2011 si es que efectivamente el gobierno logra poner en marcha un ambicioso plan de reformas que hasta hoy sigue en los cajones de algún escritorio público.


Publicado en El Comercio Junio 7, 2007