Thursday, December 29, 2005

Luces y sombras para el 2006

Está por terminar un año que sin duda alguna fue bueno para una gran mayoría de peruanos. Revisaba mi última columna del año pasado y de los riesgos que planteé entonces que podrían frenar nuestro crecimiento sólo uno se ha materializado pero sin generar los sobresaltos que uno podría anticipar entonces. Me refiero a que la Reserva Federal de los EEUU ha tenido que responder con alzas constantes en la tasa de interés para frenar el aumento en la tasa de inflación en ese país. Aunque suene a broma hoy Perú tiene una tasa de inflación menor que la de los EEUU. Sin embargo, y contrario a lo que uno hubiese esperado la economía norteamericana ha crecido a una tasa de 4 por ciento y el resto de la economía mundial no se ha desacelerado.

Atado a esto último estaba el riesgo que el precio de nuestras exportaciones bajara debido a una reducción en el ritmo de crecimiento mundial. Sin embargo, tampoco eso ha pasado. La verdad de las cosas es que resulta difícil volver a decir lo mismo que señalamos hace un año pero creo que es razonable hacerlo. Las economías no crecen sino a través de ciclos de expansión y recesión y hace rato que la economía mundial debería haber mostrado algo más que señales de peligro.

Las economías como la peruana crecen cuando al mundo le va bien y les va mejor cuando las políticas domésticas no resultan un freno para ello. Es por eso que buena parte de las dudas sobre la tasa de crecimiento del 2006 están ligadas a la incertidumbre electoral. Somos un país donde hace 6 meses Ollanta Humala ni siquiera era presidenciable y hoy tiene que empezar a leer de todo para no hacer papelones en las entrevistas. Somos un país donde la izquierda significa diez cosas distintas que ninguno de los que no estamos dentro entendemos porqué van divididos más allá de la irrefrenable vanidad por ser candidato presidencial. Somos un país donde los candidatos que no son de izquierda tampoco pueden sentarse –antes de las elecciones- alrededor de un trabajo en común. Creo que esa incapacidad para avanzar juntos, como país, es una de nuestras mayores vulnerabilidades. No creo que una vez develados los planes de gobierno encontremos diferencias abismales entre todos (bueno, casi todos). No obstante ello, seguiremos buscando el quinto pie del gato en lugar de concentrarnos en como hacer para que las políticas en que sí estamos de acuerdo se pongan en práctica con el apoyo de todos.

Parte de esta incertidumbre electoral se cerrará junto con el verano pero otra quedará para los próximos cinco años. Me refiero a que el Congreso seguirá siendo una gran ensalada de voluntades personales, de partidos hechos contra el reloj. El Perú seguirá necesitando el 2006 gente que lidere dentro del desorden, que mire más allá de las noticias del día o del escándalo del momento. El mundo va a estar suficientemente revuelto el próximo año como para que nosotros contribuyamos al desorden. Ojalá el verano no caliente demasiadas cabezas y podamos enfrentar un año con madurez, responsabilidad y pensando en todos esos peruanos que aún no tienen porqué brindar este 31. ¡Feliz año a todos!

Publicado en El Comercio, Diciembre 29, 2005

Thursday, December 22, 2005

Argentina y el FMI: Te pago porque te odio

Hay países que son increíbles y sin duda Argentina es uno de ellos. Hace exactamente cuatro años los argentinos aplaudían de pie la decisión de su presidente de no pagar la deuda externa. Esta semana el presidente Kirchner, impulsado por la decisión del presidente Lula, decidió pagar al cash toda la deuda que la Argentina tenía con el FMI. Con la misma emoción los argentinos han aplaudido esta decisión. Pensemos un poco en las causas y consecuencias. Los líderes de Argentina y el FMI han intentado de todo por llevarse bien y no pueden hacerlo. Por un lado, las autoridades argentinas no quieren seguir las recomendaciones del FMI. En particular, no quieren verse forzados a poner mayor atención a controlar una inflación que ya superó el 10% y por seguir políticas que se basen en el buen funcionamiento de los mercados. Además está el tema que la renegociación con el FMI tenía visos de no avanzar para ningún lado. Argentina necesitaba el apoyo de los países más desarrollados y después del fracaso de la cumbre de Mar del Plata realmente Kirchner tenía que pensar que Bush y compañía le iban a dar la espalda en lugar de la mano.

Sea como fuere Kirchner ha aprovechado que Lula, su vecino y mentor, decidió pagar la deuda con el FMI para hacer exactamente lo mismo. El problema es que Argentina no es Brasil. Brasil no tiene los problemas económicos de Argentina, en particular respecto a las fuentes alternativas de financiamiento. Si uno compara recientes colocaciones de deuda externa verá por un lado que Brasil ha sido capaz que los mercados internacionales compren deuda brasileña emitida en reales. Parece increíble pero es cierto. Hay gente dispuesta a comprar deuda brasileña que no está expresada en una moneda dura como el dólar o el euro sino en reales. Por el otro lado, Argentina acaba de cerrar otra operación con la República Bolivariana de Venezuela sumando mil millones de dólares comprados por la voluntad (¿y caridad?) de su comandante presidente al amparo de los elevados precios del petróleo.

Pensemos por un momento para que necesitan los países tener una relación con el FMI. En primer lugar, hay algunos países como Argentina y Brasil que se endeudaron con el FMI porque producto de sus erradas políticas terminaron en una situación en la cual sus reservas internacionales fueron insuficientes. En segundo lugar, el tener un acuerdo con el FMI sirve como una suerte de garantía que el país está siendo supervisado de manera más cuidadosa y que el gobierno se compromete a seguir un conjunto de políticas que claramente no son contradictorias con el espíritu del acuerdo que es llevar a que el país mejore sus finanzas. Esto les permite a los países financiarse –de otras fuentes- a menores costos. En el caso de países que típicamente han seguido políticas erráticas se necesita que el FMI cumpla ese rol de auditor externo.

Argentina ha optado libremente desmarcarse del FMI y eso sin duda pone una luz ámbar sobre la dirección de su política económica. Pero el FMI también debería repensar su rol después de estas dos decisiones. ¿Son Argentina y Brasil dos clientes que se gradúan o son dos países que ven el FMI un obstáculo? ¿Cuánto le va a costar a Argentina manejar el auto de su economía sin tener un seguro contra accidentes? La respuesta es nada, siempre y cuando no choque. Pero si choca, le van a quitar las llaves a Kirchner.

Publicado en El Comercio, Diciembre 22, 2005

Thursday, December 15, 2005

Patear al perro no sirve

Estuvo en Lima uno de mis más entrañables maestros, el profesor de UCLA Arnold Harberger a quien seguro le otorgarán el Premio Nobel de Economía en los próximos años. El dictó una conferencia sobre las razones porqué crecen los países. Quisiera rescatar dos temas de esa charla. El primero es que si uno mira la evidencia internacional la principal fuente de crecimiento es la reducción de los costos reales de la producción. Esta reducción tiene a su vez muchas causas. Algunas son mejoras tecnológicas pero no son las únicas. Hay mejoras en la gestión de las empresas, se reformulan los procesos, se rediseñan las estrategias comerciales. Otras reducciones se producen gracias a que la escala de operaciones de las empresas aumenta para lo cual se necesita de mercados más amplios.

El segundo es el rol de las decisiones de política económica en el crecimiento. El sostuvo que las políticas sin duda pueden destruir economías y mencionó nuestra experiencia durante el gobierno de García o el desastre durante el gobierno de Salvador Allende en Chile. Pero pensando en positivo las políticas deberían abrir oportunidades, reducir las barreras para que las empresas privadas cumplan con su rol de buscar permanentemente generar mayor valor. Muchas veces las políticas gubernamentales más bien desorientan, obstaculizan o directamente impiden que el esfuerzo emprendedor se materialice.

El profesor Harberger señaló un tema que en este ambiente electoral es crucial. Revisando la experiencia de todos los países del mundo pretender crecer a tasas de 7% siempre es soñar, eso normalmente no pasa y si pasa dura unos años. Lo que si puede pasar es que cada buena decisión de política económica contribuye a que la tasa de crecimiento sea potencialmente mayor. Es muy difícil pensar en decisiones que eleven la tasa de crecimiento de manera permanente en más de un uno por ciento. Esto sin embargo no debe desalentarnos. Por el contrario, Harberger utilizó el ejemplo de que si uno está entrenando a su perro a correr no puede basar su estrategia en darle una patada. Es cierto que esa “política” hará que su perro corra rápido por un momento pero luego inevitablemente se detendrá. Hacen falta otras “políticas” como alimentarlo todos los días, cuidar su salud para que realmente pueda correr largas distancias. Esa persistencia, esa paciencia resulta muchas veces escasa cuando se discuten y diseñan políticas. La necesidad de hacer pruebas piloto antes de embarcarse en políticas que implican un enorme gasto como el programa Juntos son un ejemplo de la necesidad de hacer las cosas con prudencia y paciencia.

Hoy estamos discutiendo el primer tratado de libre comercio que el Perú ha negociado con EEUU. ¿Estamos concientes que para esta decisión de política tenga un mayor impacto positivo debemos seguir en esa ruta? Es decir, debemos negociar por lo menos otros acuerdos con China y la Unión Europea. De otro modo, el impacto de estas políticas será importante pero pasajero. El país recibirá un impulso en su tasa de crecimiento pero necesita más que eso, necesita persistencia en esas buenas políticas, en las que permiten que la empresa privada pueda desarrollarse.

Publicado en El Comercio, Noviembre 15, 2005

Thursday, December 01, 2005

El problema es la forma como resolvemos los problemas

Es curioso como se discuten y se tratan de resolver los problemas en el Perú. Los congresistas aprueban su presupuesto, la opinión pública hace cargamontón y ellos retroceden. Algunos se llevarán la plata de otra manera y otros donarán nuestra plata recibiendo ellos el aplauso. ¿Qué fácil es donar esos recursos no? Frente a esta situación al ex presidente García se le ocurre decir que el cerraría el Congreso. Leo las encuestas y efectivamente la gente estaría feliz con que la solución sea cerrar el Congreso. Nuestra típica solución para una institución que no funciona es cerrarla o quitarle las funciones. Nos cuesta entender que los problemas normalmente están asociados a un sistema de incentivos perversos. Mientras no se modifiquen esos incentivos seguiremos teniendo los mismos resultados.

El problema está en que los partidos no hacen el trabajo de seleccionar a sus miembros de lista. Lo que sucede hoy, es que cada partido pone en venta sus listas parlamentarias. Los primeros 10 a 20 sitios (dependiendo de la antigüedad del partido) están reservados para las viejas glorias o para el círculo más cercano al candidato. Del 20 al 40 tienes que pagar una cifra para contribuir a la campaña del candidato presidencial, del 40 al 60 es más barato y así sucesivamente. La selección de candidatos al Congreso se hace en función a si están o no dispuestos a apostar por una candidatura. De esta manera los incentivos son perversos. Los potenciales candidatos ven esto como un negocio riesgoso. En función al calendario electoral y las últimas encuestas los candidatos al Congreso compran sus boletos de rifa encomendándose a Sarita Colonia. Según la nueva ley de partidos los partidos deberán hacer antes del 18 de enero la elección interna para determinar quienes conformarán sus listas al Congreso. ¿Serán realmente elecciones transparentes? ¿o sencillamente se aprobará lo que las billeteras ya decidieron? ¿Quién va a fiscalizar eso?

Los congresistas no quisieron eliminar la figura del voto preferencial porque consideran que la gente debe decidir por encima de lo que el partido decida. Sin embargo, el efecto de esto sigue siendo que cada candidato debe “cuidar su inversión” y hacerse conocido dentro de los más de 2000 candidatos que pelean por una curul. Otra vez el problema está en los incentivos.

Los congresistas Rey y Barba han propuesto que el cargo de congresista no sea remunerado. Creo que esto es exagerado. Nadie se quejaría si ellos ganaran 10 mil soles, pagaran sus impuestos sobre esos ingresos, asistieran a su trabajo puntualmente como cualquier hijo de vecino, y discutieran proyectos de ley relevantes. Los partidos no son castigados por escoger gente que no debería estar en el Parlamento. Los partidos son los llamados a representar nuestros intereses, ellos deben asumir su responsabilidad. Es por ello que debería haber castigo por no hacerlo. Pero también los ciudadanos debemos asumir nuestra responsabilidad y quienes crean que pueden hacer una mejor labor deberían intentar resolver estos problemas desde adentro, es decir, desde los partidos. Lamentablemente muchos preferimos estar en los balcones y ver como marcha la procesión en lugar de aportar lo nuestro.

Publicado en El Comercio, Diciembre 1, 2005

Thursday, November 24, 2005

¡Que me devuelvan mi plata!

Aquellos masoquistas que han seguido el debate sobre el presupuesto público habrán notado varias cosas curiosas. En la discusión, los congresistas han decidido otorgarse una asignación de S/.16.000 por gastos de desinstalación. El argumento es que, como ellos se habían otorgado una asignación por instalación al inicio de sus funciones atendiendo al hecho que varios son provincianos sin residencia en Lima, entonces había que hacerles la transición más suave. Esa vez cobraron todos. Limeños y provincianos por igual. Ahora todos quieren repetir el plato. Total, si ellos no pagan.

Como si esto fuera poco, los congresistas quieren cobrar una compensación por tiempo de servicios (CTS) que equivale a S/.50.000. No, no es broma. Claro, dado que la probabilidad de ser reelecto es bajísima, entonces, como premio por irse, les deben dar una retribución por su esforzada labor durante cinco años. Si usted es empleado dependiente, sabe que los fondos que hay en su cuenta de CTS, los cuales usted recibirá en el caso de salir de la empresa en la que actualmente trabaja, salieron del bolsillo de su empleador. En el caso de los congresistas, el dinero sale del Estado; es decir, de todos quienes pagamos impuestos. ¡Qué frescura! ¡Y usted todavía está pensando en si este candidato es mejor que el otro! ¿Dónde están los candidatos para defender nuestros bolsillos de semejante arrebato forzoso en plena luz del día y en transmisión directa por cable? ¿Sabe usted que solo cinco congresistas de los 120 votaron en contra del proyecto?

El fondo del asunto es que el Congreso tiene autonomía presupuestal. Eso significa que ellos se fijan su propio presupuesto y pueden, como han hecho esta vez, ignorar el límite que les ha sugerido (¿pedido?, ¿suplicado?) el MEF. Esto es bien raro. Por un lado no tienen iniciativa de gasto, pero por otro se pueden poner el sueldo y todas las gratificaciones que se les antoje. Ellos siempre preguntan cómo puede ser posible que un congresista gane menos que tal o cual funcionario. Ese argumento no tiene pies ni cabeza. Ellos tienen una función muy importante y deben ser compensados por esa responsabilidad, pero eso no implica que su sueldo deba estar en función a lo que se le paga a funcionarios del Poder Ejecutivo. La otra perla es que dicen que ellos ya han logrado bajar en S/.26 millones su presupuesto. Claro, si voy a pedir al cielo y voy a pedir poco --como dice el dicho-- debo estar loco.

Finalmente, uno estaría de acuerdo en pagar todas estas prebendas si viera efectividad en el trabajo. A todos nos pagan en función a lo que aportamos por productividad a nuestra empresa, menos a nuestros congresistas. Hay gente excelente, pero hay otros que son para llorar. ¿Qué se puede hacer? ¿Elegir a alguna vedette o algún dirigente del fútbol para el próximo Congreso? O de repente permitir que nosotros, los ciudadanos, podamos renovar nuestro voto a mitad de los cinco años de mandato. De esta manera, si nos salen con cosas parecidas los ponemos patitas en la calle, obviamente sin CTS o gastos de 'desinstalación'. Si no va a ser así, que me devuelvan mi plata.

Publicado en El Comercio Noviembre 24, 2005

Thursday, November 17, 2005

Desdolarizando contratos por ley en el Perú

No soy abogado así que voy a improvisar. ¿Qué es un contrato? Un acuerdo voluntario entre dos partes. Para que las partes de dicho contrato se animen a firmarlo no sólo tienen que estar de acuerdo en su contenido sino que éste debe incluir o debe ser obvio quien será el árbitro cuando surja una disputa entre las partes. Además está claro que ninguna de las partes ni tampoco un tercero debería unilateralmente modificar el contenido del mismo. Si eso se pudiera hacer estaríamos en la ley de la selva.

Desde 1992 el Código Civil nos permite firmar contratos donde podemos exigir que la retribución a un servicio sea pagada en dólares. Esto permitió dinamizar una serie de mercados porque le brindó una protección legal a una serie de personas y empresas que no querían correr el riesgo de que el tipo de cambio se moviera abruptamente y ellos perdieran en el camino. En ese momento, no había otra forma para que la gente alquilara sus departamentos, o que alguna gente prestara servicios profesionales si no podía exigir que a cambio le pagaran en dólares. Nadie se sentía protegido frente a un contrato en el que la otra parte pagara en soles la obligación.

Es cierto que los tiempos han cambiado significativamente y ya no tenemos la inflación que teníamos. Sin embargo, a pesar de estos cambios la gente sigue prefiriendo firmar contratos en dólares. ¿Cuestión de costumbre? ¿Miedo a la mano interventora del gobierno que en alguna época congeló los contratos? Sea como fuere, la gente hoy tiene la libertad de firmar contratos en soles o en dólares pero los hace en dólares cuando se trata de arrendar una casa.

Lo que no termino de entender y creo que el BCRP debería salir a explicar es cual es el mecanismo a través del cual este cambio en el Código Civil desdolariza la economía. Estoy de acuerdo con el BCRP que la economía peruana necesita desdolarizar para ser menos vulnerable pero eso no implica hacerlo sin importar como. Mi antigua arrendataria me alquilaba el departamento en dólares y no creo que esté interesada en que su nuevo inquilino le pueda pagar en soles. Uno diría la desdolarización ocurre porque el nuevo inquilino podría dejar de tener cuentas de ahorro en dólares dado que ahora puede pagar en soles pero eso no lo libera del potencial costo de una repentina subida del dólar. Es decir, dejaría de estar cubierto contra el riesgo que la misma obligación le cueste más soles. Del otro lado del contrato mi antigua arrendataria cambiaría su contrato en soles sólo si es que ve que puede perder mucha plata porque el tipo de cambio es muy fluctuante. En Brasil el tipo de cambio se cayó de casi 4 reales por dólar (fines 2002) a 2.25 reales por dólar. ¿Estarían dispuestos los arrendatarios a soportar esa caída en el valor del dólar sin modificar la moneda en que fijan los alquileres?

Finalmente, ¿quién va a supervisar que la ley propuesta por el BCRP se cumpla? ¿Un inquilino que no tiene ninguna capacidad de negociación en ese contrato bilateral? Lo importante es trabajar en los incentivos para que la desdolarización ocurra como un fenómeno de mercado, y por lo tanto voluntario. Lo otro sólo son buenos deseos.

Publicado en El Comercio, Noviembre 17, 2005

Thursday, November 10, 2005

El activo y el pasivo de Fujimori

El inesperado retorno de Fujimori sin duda ha removido la hasta ahora aburrida contienda electoral. Me resulta sin embargo difícil de aceptar que una buena porción de la población añore a Fujimori porque, como dicen algunos, a los peruanos no les molesta vivir bajo un régimen autoritario. Es cierto que cuando uno mira la última encuesta del Latinobarómetro Perú es el país donde la gente está más indiferente entre tener un régimen democrático y uno autoritario. Pero creo que hay una falacia detrás de estos términos. Creo que la gente lo que extraña es tener un capitán de barco, una sensación de que alguien conduce.
Es cierto que el principal punto débil de la gestión de Toledo no es la corrupción o políticas erradas, o incluso la ausencia de reformas. Creo que la diferencia más fuerte con respecto a sus predecesores ha sido tener tan poca capacidad de liderazgo, de hacer sentir que el estaba al mando. Es cierto que no hemos tenido un conflicto bélico con algún país vecino, o no hemos tenido que librar una batalla contra el terrorismo, o luchar contra la hiperinflación. Es decir, no ha habido grandes batallas que pelear. Al menos no aquellas en las que es fácil que todos estén de tu lado.
Quizás la principal batalla para Toledo haya sido el combate contra la corrupción. Sin embargo, ha sido una guerra larga, tediosa por ratos, sin grandes victorias y en la que muchas veces los enemigos se han literalmente fugado. El resto de batallas han sido más bien casi domésticas. Un presidente luchando contra su propio partido para que no pasen leyes inadecuadas, luchando contra sus propios aliados, o contra sus propios errores.
Pero quisiera resaltar un tema de singular importancia. Fujimori se ganó la imagen de ser un buen líder bajo un escenario que difícilmente se repetirá el 2006. Lo más probable es que el nuevo presidente vuelva a tener como lo tuvo Toledo un Congreso fragmentado sin mayorías claras y por lo tanto obligado a negociar alianzas, obligado a buscar consensos. Fujimori sólo gobernó así durante 1990-1992, hasta antes del autogolpe. El cual se produjo por el grado de conflicto entre el Congreso y un presidente que no estaba dispuesto a gobernar en un escenario como el que volveremos a tener el próximo año. Fujimori no supo gobernar bajo un escenario en el cual el no tuviera un Congreso a sus pies. Recordemos el triste papel de muchos que actuaban bajo el mandato de un beeper que coordinaba los consensos de la entonces bancada oficialista.
Haciendo un balance apresurado es cierto que Fujimori dejó en la memoria de los peruanos una imagen de ser líder, de ser conductor. Es cierto que los noventa fueron años en que se necesitó tener alguien al mando. Es más, creo que el Perú necesita tener alguien que de la sensación de liderazgo pues la tarea por delante no es sencilla. Sin embargo, dicho líder también deberá saber gobernar bajo el difícil ambiente de un Congreso fragmentado, con partidos a veces más interesados en cualquier otra cosa que en ayudar a gobernar.

Publicado en El Comercio Noviembre 10, 2005

Thursday, November 03, 2005

El reemplazo de Greenspan

En una decisión aplaudida por la gran mayoría el presidente Bush ha propuesto al Senado reemplazar al mítico Alan Greenspan por un ex profesor de Princeton, Ben Bernanke. Aunque para muchos esta movida ha sido muy esperada para otros es realmente un alivio pues Bush no había actuado como se esperaba en otras nominaciones clave en las últimas semanas, sobre todo en las que competen a los nuevos miembros de la Corte Suprema. Por esa razón esta movida si bien esperada por los mercados no deja de ser un alivio.

Greenspan que se retirará, después de largos 18 años al frente de la Reserva Federal, a fines de enero del próximo año será reemplazado por alguien muy distinto a él. Bernanke no es un participante del mercado como Greenspan sino más bien un analista del mercado. Y es esta característica la que más dudas generaba. Para nadie es novedad que el próximo año será uno especialmente complejo donde el riesgo de problemas financieros en las principales economías se ha incrementado notoriamente en los últimos meses.

La Reserva Federal el martes volvió a subir su tasa de interés de corto plazo llevándola a 4 por ciento. Esta decisión volverá a presionar la tasa de interés de largo plazo y por lo tanto seguirán las presiones para los países emergentes como el Perú. Lo que si sorprendió a los analistas fue que la Reserva Federal no fuera más enfática en señalar que el aumento de tasas va a seguir porque las tensiones inflacionarias no han cedido.

Conocí a Ben Bernanke en Chile en una reunión del Banco Central de Chile hace varios años atrás. Para entonces, Bernanke ya era uno de los profesores más prestigiosos de Princeton y uno de los especialistas en el análisis de la política monetaria. El acababa de publicar uno de los primeros libros discutiendo la idea de que los bancos centrales debían seguir un régimen de metas de inflación explícitas, tal como las que hoy sigue nuestro banco central.

Muchos especulan que una de las primeras cosas que promoverá será que la Reserva Federal tenga un compromiso explícito con respecto al nivel de inflación, igual que el esquema peruano. Sobre esto hay que entender que los plazos de Bernanke son más largos que los que estamos acostumbrados. El será presidente de la Reserva Federal por los siguientes catorce años. Así que lo más probable es que no haga nada espectacular si antes recibir de los mercados financieros el respaldo a sus credenciales académicas. La última vez que un académico ocupó ese cargo lo hizo terriblemente mal. Arthur Burns, un respetado profesor no supo enfrentar la inflación de los años setenta y renunció anticipadamente.

Como dato curioso la segunda vez que tuve contacto con Bernanke fue cuando envié un artículo académico para publicarlo y recibí una carta (anónima que luego me enteré era de Bernanke) explicándome las razones por las cuales mi trabajo no podría ser publicado. Sin embargo, sigo creyendo que el es la mejor elección que ha podido hacer Bush entre los candidatos que se habían voceado.

Publicado en El Comercio, Noviembre 3, 2005

Thursday, October 20, 2005

Multifondos: ¿somos 'lornas'?

En efecto sólo ocho de cada mil afiliados/cotizantes al Sistema Privado de Pensiones ha manifestado en la primera oportunidad que es lo que quiere hacer con su fondo individual. Sólo 11,600 afiliados –de casi un millón y medio- le han comunicado a su AFP en cuál de los tres fondos quiere estar. Es más, de esos once mil y tantos la mitad ha preferido permanecer en el fondo 2 que corresponde al actual fondo.

Esta decisión se enmarca dentro del reciente sistema de multifondos que ha sido establecido por la SBS. La reforma le permite al afiliado escoger en función a sus preferencias individuales que tanto riesgo quiere tomar con respecto a su pensión de jubilación. Hasta antes de la aparición de multifondos estábamos forzando a las personas próximas a jubilarse a tomar los riesgos asociados a una cartera con muchos activos de renta variable (acciones) mientras que a los jóvenes los obligábamos a tomar menos riesgos de los que ellos podrían estar dispuestos a tomar en esa etapa de su vida.

Sin embargo, hay que tomar en cuenta que sólo el diez por ciento del total de afiliados al SPP tiene más de 50 años, así que tenía mucho sentido que nuestro fondo sea en promedio más riesgoso o si quieren tenga un componente mayor de activos de renta variable. El afiliado promedio sólo tiene alrededor de 36 años. Como diría mi abuela, ¡es una guagua! En realidad tiene razón mi abuela porque le faltan casi 30 años para jubilarse.

Creo que las razones de la poca respuesta de los afiliados frente al tema de multifondos son varias. En primer lugar, yo podría interpretar los números de otra manera. Si tan pocos afiliados le han comunicado a su AFP que hacer con su fondo es porque en realidad le están diciendo que está contento con la composición del portafolio del fondo actual. Decidir no cambiar es decidir quedarse en el fondo actual. En segundo lugar, toda la publicidad de las AFP desde el ingreso de la nueva AFP pasó a ser sobre el tema de comisiones y los nuevos planes de permanencia. Esto cambió por completo los planes iniciales donde se tenía previsto lanzar el tema de multifondos con fuerza. En tercer lugar, el, retorno real anual del SPP está por encima de 15 por ciento. Esto ha hecho que el afiliado que mira su estado de cuenta vea que sin hacer nada está obteniendo un resultado excelente. Esto se explica en gran parte por el buen momento de la bolsa de valores limeña, que en lo que va del año viene mostrando un rendimiento de casi 40 por ciento. ¿Pero por qué la gente no quiere tener un retorno mucho mayor aún poniendo más acciones en su portafolio?

Dentro de esta discusión algunos directivos del BCRP han salido a decir que no hay necesidad de ampliar los límites de inversión en el exterior pues “nadie” se ha trasladado al fondo de mayor riesgo. ¡Error! El fondo de mayor riesgo es aquel que tiene muchos activos de renta variable. Pero aún más riesgo tiene el fondo que tiene activos de renta variable del mismo mercado y del mismo sector. Imagínense que todo mi portafolio de inversiones fueran acciones de empresas peruanas pesqueras. Claro puedo tener retornos muy altos cuando la pesca esté boyante. Pero el día que hay fenómeno del Niño ¡mi portafolio valdrá tanto como una lorna! Y nadie quiere ser lorna, ¿o si?

Publicado en El Comercio, Octubre 20, 2005

Thursday, October 13, 2005

¿Mala hierba nunca muere?

Cuando el año pasado el Congreso confirmó con la segunda votación la reforma de la llamada Cédula Viva desde esta columna aplaudimos de pie el gesto de desprendimiento de nuestros representantes. Un grupo de congresistas a pesar de ser beneficiarios de la Cédula Viva votaron contra sus bolsillos pero pensando en el interés nacional y optaron por consolidar una de las reformas más importantes de este periodo presidencial. Reforma que fue ratificada por el fallo del Tribunal Constitucional de hace unos meses.

Todos quedamos sorprendidos con el gesto y esas semanas el Congreso tuvo una lavada de cara. Sin embargo, el viernes pasado el Congreso ha decidido borrar con el codo lo hecho el año pasado. Como explicamos entonces uno de los problemas principales de dicho régimen previsional era que se habían otorgado beneficios excesivos a unos pocos dejando a una gran mayoría de pensionistas de ese mismo régimen con pensiones ínfimas. Por esta razón uno de los principios claves de la reforma era la necesidad de redistribuir de las pensiones más altas a las pensiones más bajas. Obviamente que las pensiones de los congresistas caían en el primer grupo.

A pesar de que en el diseño inicial de la reforma planteamos que las pensiones 20530 no deberían superar el tope de una UIT, digamos mil dólares, el proceso de negociación política de la reforma llevó a que este tope se elevara al doble. Sin embargo, insistimos en que se debía priorizar la velocidad de convergencia hacia las nuevas pensiones para que la reforma generase los fondos necesarios para poder cumplir con lo ofrecido al grupo de jubilados con pensiones más bajas. De otro modo, se estaría forzando al Fisco a financiar –hoy- esos mayores gastos. Lo que el Congreso ha aprobado obligaría a buscar 20 millones de soles sólo este año. Esto implica reducir el ahorro que la reforma generaba en 70 por ciento.

Por ello, la reforma estableció que el descuento del 18 por ciento anual se haría al monto total de la pensión. El Congreso ha aprobado algo que ya había sido desestimado por las razones que he señalado. Ellos quieren que el descuento se calcule sobre la diferencia entre la pensión actual y el tope fijado por ley. Es decir, en lugar de que en cinco años se llegue a la pensión máxima fijada por la reforma, se tomarían más de 10 años. Además quieren elevar el tope anual para que la reducción sea menor.

No me queda más que reclamar que el Ejecutivo observe sin más demora la ley aprobada por el Congreso de la República hace unos días. Lástima que algunos congresistas saquen la calculadora y decidan su voto en función a si les alcanza la plata para ese viajecito a Europa dado que –en promedio- menos de un 25 por ciento de los congresistas actuales tiene chances de salir reelecto. Sería interesante que nosotros los electores sepamos quienes votaron en contra de su voto del año pasado. A si no nos venden mala hierba por flores.

Publicado en El Comercio, OCtubre 13, 2005

Thursday, October 06, 2005

Los dilemas del Banco Central de Reserva del Peru

En un mundo donde a los bancos centrales sólo les importa que la inflación no sea demasiado alta, sus directorios deben manejar las tasas de interés para que eso suceda. Por ello, cuando la inflación empieza a levantar cabeza la receta es automática: subir las tasas de interés dado que ello controlará el gasto, frenará la inversión y por lo tanto enfriada la economía la presión a que los precios suban se disipará. Esto que parece muy simple en realidad se complica cuando uno incluye en el análisis el hecho que hay más de un país. Y que en particular las decisiones de política monetaria de ese otro país importan e impactan en el nuestro.

Pensemos en Perú y como las decisiones de Greenspan, el saliente gobernador de la Reserva Federal en Estados Unidos, afectan -o mejor dicho- condicionan las decisiones de los directores de nuestro Banco Central. La Reserva Federal viene subiendo su tasa de interés de manera consistente desde julio del año pasado. Han sido once subidas consecutivas que han llevado la tasa de interés gringa de 1 por ciento a 3.75 por ciento. Según los mercados, se espera que esta tasa termine el próximo año en 4.5 por ciento. Si el Perú fuera un país desconectado de los mercados internacionales esas decisiones no tendrían mayor importancia. Pero, ese no es el caso. Nuestra economía está integrada, aunque de manera imperfecta con los mercados internacionales de capitales. ¿Por qué digo imperfectamente? Creo que es obvio que Lima y Nueva York no tienen la misma relación que Miami tiene con Nueva York. A nadie se le ocurre pensar que las condiciones crediticias en Nueva York puedan ser significativamente distintas que las que uno encontraría en Miami. La razón de ello es simplemente que son mercados plenamente integrados. Para todo fin práctico son un solo mercado.

En nuestro caso si la tasa de interés de corto plazo que determina el BCRP estuviese muy por debajo de la tasa americana esto genera un incentivo muy grande para que los capitales se vayan al extranjero. Esto se agravaría aún más si es que el BCRP optase por evitar que el dólar flote. Las dos recetas para evitar esto es que nuestra tasa no esté muy desalineado con la internacional y que el tipo de cambio flote de modo de alejar movimientos puramente especulativos. El dilema que tiene nuestro BCRP es que le correspondería subir la tasa pero la inflación se resiste a subir por encima del límite mínimo de la banda establecida. El BCRP parece estar confiando en que el efecto combinado de la subida de los precios de la gasolina y la subida del dólar puedan variar la terca tendencia que nos ha convertido en la economía latinoamericana con la menor tasa de inflación.

De repente cabe recordar ahora la idea que la política monetaria actúa de a pocos y por lo tanto debe administrarse de a pocos. El escenario del próximo año (elecciones, Greenspan se va, ¿frustraciones con la firma del TLC?, entre otros factores) estará lleno de presiones al alza del tipo de cambio. ¿Preferirá el BCRP subir su tasa de un solo porrazo o a la Greenspan, por goteo? Una de las discusiones más comunes en teoría monetaria es si los bancos centrales de países pequeños pueden tener política monetaria independiente. Claro que pueden, pero entendamos que tiene costos no deseados.

Publicado en El Comercio Octubre 5, 2005

Thursday, September 29, 2005

Pecado Original

Piensen en los distintos países en el mundo. Piensen en qué países consideramos “serios”. Déjenme ser más preciso. Piensen en cuales son los países en que ustedes estarían dispuestos a invertir. Ya estamos hablando de cosas más complicadas porque implica conocer o confiar en su forma de hacer negocios, en su manera de proteger a los inversionistas, entre un montón de otras detalles imprescindibles de conocer ante s de poner un centavo. De repente un paso intermedio es estar dispuestos a tener parte de nuestros ingresos, mejor dicho, de nuestro ahorro en activos de ese otro país. Claro si me dicen que voy a comprar acciones de Google o de Sony no dudo en poner mi plata. Otra cosa es si me ofrecen deuda soberana, es decir, deuda emitida por los gobiernos de los países. Ahí si que voy a empezar a preguntar hasta que se me seque la garganta.

Típicamente le es más fácil a un gobierno vender sus papeles de deuda localmente. No sólo que hay mucho mayor conocimiento de por medio sino que muchas veces el gobierno sencillamente cumple con pagar la prima por riesgo, es decir, una tasa de interés más alta, para que el mercado local esté dispuesto a comprar la deuda que está emitiendo. A veces, eso no basta y como en cualquier compromiso, éste es más fácil de creer si el plazo es más corto. Entonces en lugar de colocar deuda a plazos muy largos (10, 20 o inclusive 30 años) se colocan a plazos mucho más cortos. Todo sea para ser bien recibido en los mercados y no tener que pagar una tasa de interés demasiado alta. Pero a veces, ni eso basta. Entonces los gobiernos de países que típicamente recurrieron al fácil recurso de evaporar las deudas cuando se vieron en problemas en pagar sus obligaciones pasadas no les queda otra que expresar la deuda en una moneda más fuerte que la nacional. Por eso que mucha de la deuda de estos países es en dólares (o en euros) y relativamente de corto plazo.

Se imaginan ahora que uno de estos países pueda prestarse en moneda nacional en los mercados internacionales. Bueno, uno siempre podría decir que “si la tasa de interés es suficientemente alta.... me aguanto el riesgo”. El asunto es que hasta hace unos pocos años para la gran mayoría de los países de la región no había tasa suficientemente alta para conseguir colocar deuda en moneda nacional en los mercados externos. A esto se le llama en la literatura el pecado original. Digamos que la manzana en este caso fueron las irresponsables políticas fiscales y monetarias que siguieron estos países que han hecho imposible tener acceso a estos mercados.

La semana pasada, Brasil emitió deuda en reales a 10 años en los mercados internacionales, algo que ya había hecho antes Uruguay y Colombia. La importancia de Brasil es por el peso que tiene este país en los mercados financieros de deuda globales. ¿Debería el Perú seguir este camino? Claro que es más difícil que colocar deuda en soles nominales a 15 años como ya se ha hecho localmente. La enorme ventaja de esto es que si al Perú le va mal y el tipo de cambio se deprecia quien paga los platos rotos ya no es ni el gobierno ni el sector privado local sino los inversionistas afuera. Diversificar ese riesgo bien vale la pena el intento. ¿Se animará el MEF?

Publicado en El Comercio, Setiembre 29, 2005

Thursday, September 22, 2005

Un cebiche en París

Hoy Gastón Acurio empieza a entregar junto con El Comercio su colección de recetas. Gastón ha sido sin duda el más reciente difusor de la comida peruana en el mundo. El es consciente del impacto profundo que eso puede tener no sólo en la demanda por chefs peruanos en el mundo sino en particular en el impacto que eso traería en la demanda por camote, ají amarillo, rocoto, pescado fresco, limón, y cebollas. ¿A qué viene esta historia?

Se imaginan el impacto que tendría que en uno de cada diez restaurantes en Paris uno de cada diez comensales pida de entrada, una de cada diez veces, un cebiche peruano. Las fuerzas del mercado llevarían a que se siembre ají amarillo para la exportación, que se potencien zonas agrícolas, a que esfuerzos incipientes de industrialización de productos conexos tengan viabilidad de largo plazo. ¿Qué hace el Estado al respecto? Mejor que se limite a no estorbar.

Algunos analistas se preocupan de que algunas de nuestras exportaciones no tienen encadenamientos hacia atrás. Compleja palabreja. Dicen que, hoy como ayer, se promueve un modelo primario exportador en lugar de fomentar el desarrollo de un vigoroso mercado interno. La caricatura de esto es la exportación de mineral en bruto, sin siquiera sacudirle la tierra. En realidad eso no es así. Se están preocupando de que actividades como la minería no generan demasiadas actividades relacionadas. Esa afirmación es cuestionable por varias razones.

La primera y más obvia es que es un falso dilema el de exportar o desarrollar el mercado interno. El único sostén de un mercado interno desarrollado es que la gente tenga la capacidad de generar ingresos por lo que hace. Si no lo puede hacer por su cuenta es imposible que el gobierno sea quien le pare la olla de manera sostenida. Eso sencillamente no funciona. Curiosamente para que estos ingresos se hagan realidad se necesita que existan mercados por las cosas que uno produce, por los servicios que uno brinda. Si eso no pasa, sin duda estamos condenados al subdesarrollo. La trampa que hacen unos es decir que esa mayor demanda de cebiche y todo lo que eso trae consigo debe venir del mercado interno. ¡Que venga de donde quiera la demanda por saborear un cebiche! Si es un polaco sentado en un restaurante en París o un campesino de Ayacucho sean ambos bienvenidos. Una cosa no impide la otra.

En segundo lugar, y desde una mirada local habría que preguntarse: ¿a qué deberían dedicarse pueblos cercanos a las actuales minas? ¿Al turismo de aventura? El tener abundantes recursos minerales no puede ser visto como una maldición o bendición, sino como un hecho de la realidad. Eso nos fuerza a tener políticas que eviten que los gobiernos nos embarquen en excesos de gastos cada vez que hay un nuevo pero inevitable boom de precios. O que nos lleven a ajustes forzados en el gasto porque estos precios se derrumbaron. Nos llama a ser prudentes, previsores. Si nosotros no queremos serlo esa es nuestra maldición, no el que tengamos dichos recursos.

Publicado en El Comercio, Setiembre 22, 2005

Thursday, September 15, 2005

Tareas para todos

Cuando le pido a mi hijo menor que ordene sus juguetes, lo primero que me dice es “¿y tú cuál vas a ordenar?”. En efecto, no hay mejor forma de que otros hagan las cosas que involucrando a todos en una tarea común. Ahora que los partidos políticos más responsables están en plena preparación de sus planes de gobierno deberían dedicar una de sus reuniones a leer y discutir los resultados del Haciendo Negocios 2006 preparado por el Banco Mundial. Este trabajo busca identificar cuáles son las trabas que hace que las empresas no puedan desarrollar sus actividades más fácilmente. Dado que no hay ningún partido que no quisiera prometer trabajo para todos y ese trabajo típicamente lo generan las empresas creo que se cae de maduro que todos deberían apoyar estos esfuerzos ya sea que ganen o pierdan el próximo año.

En términos futbolísticos, Perú está a media tabla. Somos la economía número 71 de 155. Ni chicha ni limonada. Este puesto se calcula después de promediar una serie de características de nuestra economía. Como en todo promedio hay cosas más gratas y cosas más ingratas. Como de lo que aquí se trata es de identificar un grupo de tareas pendientes veamos las cosas ingratas primero.

En lo que peor estamos es respecto a la carga que significan los impuestos para las empresas. Estamos en el puesto 133 (de 155). Y a Perú le va mal –en esta comparación internacional- porque se le pide a las empresas pagar una larga lista de impuestos y porque la proporción de las utilidades que terminan en la SUNAT es mucho mayor al resto. Se cumple eso que pagamos impuestos como si estuviésemos en Suiza. Lo que se hace con la plata es otro asunto. ¿Quién compensa a las empresas que hoy utilizan sus recursos para que la SUNAT anuncie que está batiendo records de recaudación mes a mes? ¿O a eso también le vamos a llamar responsabilidad social de las empresas?

El siguiente punto en la agenda es nuestro puesto 114 en hacer respetar los contratos. Se necesitan hacer 35 procesos distintos y 381 días. En ambos casos estamos igual o mejor que América Latina. El problema es que en nuestro caso el costo de hacer valer el contrato nos cuesta casi 35 por ciento del valor de la deuda. Esto es 50 por ciento más que el promedio latinoamericano y el triple que en el caso de un país desarrollado. Lo que estos números implican es que la gente prefiere no aventurarse a hacer negocios con quien no conoce, o gasta en asegurarse frente a incumplimientos contractuales. En palabras sencillas el Poder Judicial no está cumpliendo con su tarea. Una de las cosas fundamentales en hacer empresa es poder encargar a otros lo que uno no es el más indicado. Pero para que eso tan básico funcione yo necesito tener un árbitro que haga su trabajo sin que yo tenga que invertir casi la mitad de lo que reclamo.

El tercer punto de la agenda mínima es reducir el costo de empezar una empresa... formal. A los peruanos que quieren hacer les toma 102 días y casi 9 mil dólares para cumplir con todas las licencias y permisos. Hay que tener paciencia y mucha plata. ¿Se dan cuenta que las tres cosas llevan a las empresas a la informalidad? ¿Se darán cuenta los partidos políticos que eso es algo que todos deberíamos ayudar para corregir?

Publicado en El Comercio, Setiembre 15, 2005

Thursday, September 08, 2005

Pensando en China

En el Perú los jueces discuten si la píldora del día siguiente la deberían libremente tomar o no las mujeres, los congresistas se preocupan por un alza de dos soles cincuenta en el balón de gas y el presidente Toledo inaugura el programa Juntos en Chuschi. Mientras tanto, China sigue creciendo a una tasa promedio de 9.5 por ciento...en los últimos 25 años.

Ayer en el BBVA se discutió la importancia de China en el mundo y en particular para el Perú. De repente una sola cifra basta para entender el peso que hoy tiene China. El año pasado China representó el 7 por ciento de todo el comercio mundial. Si con eso no le basta, les cuento que China superará en un par (o tal vez tres) de décadas a los EEUU. China será la primera economía en el mundo. Obviamente si es que las cosas les va tan bien como en los últimos 25 años.

Todo esto partiendo de una economía fundamentalmente rural y cerrada, sin ser una economía de mercado. Es decir, el precio de las cosas no está determinado por oferta y demanda sino por decisiones administrativas del gobierno. Se imaginan una economía donde la gente no puede migrar libremente, donde la mitad de los préstamos bancarios no se dan sobre la base de si hay un negocio rentable detrás que pueda repagarlo, donde solo pueden exportar o importar las compañías que han sido autorizadas a hacerlo. Una economía donde las empresas públicas son las únicas que pueden emitir bonos en el exterior y las acciones de las empresas que cotizan en bolsa que pueden comprar los extranjeros son distintas a las que compran los ciudadanos chinos.

Esa economía con un montón de mercados que aún no funcionan como una verdadera economía de mercado ha logrado que su PBI se multiplique por más de 10 desde el inicio de este proceso. Lo curioso es que históricamente China dejó de ser la primera economía en el mundo cuando optó en el siglo XVI por cerrarse al mundo. Es curioso que hoy su apuesta sea exactamente la opuesta y los resultados serán que China regresará a ser la primera potencia en el mundo, después de un intervalo de más de 400 años.

El Perú debería aprender la lección que a China le tardó 400 años aprender y apostar por un crecimiento liderado por las exportaciones y la inversión. Obviamente el Perú no es China y nosotros no podemos pensar en que la inversión extranjera será el principal motor de una economía de 1300 millones de personas. El Perú debe dejar su postura de pelear con China y empezar a pelear por China. Los estudios muestran que la economía peruana es más bien complementaria a la economía china. Deberíamos estar discutiendo que es lo que le vamos a ofrecer a los empresarios chinos que vengan a invertir al Perú, que es lo que le podemos vender a un mercado que apunta a convertirse sólo en el transcurso de una década en el principal importador del mundo.

A veces los peruanos creemos que el ombligo del mundo queda en Cuzco. Puede que así haya sido. Dentro de unos años sin ninguna duda se mudará a China.

Publicado en El Comercio, Setiembre 8, 2005

Saturday, September 03, 2005

Commencement speech by Steve Jobs at Stanford (recommended by FOZ)

Transcript of Commencement Speech at Stanford given by Steve Jobs
SlashDot ^ | 6/14/2005 | Steve Jobs

Posted on 06/14/2005 4:18:09 PM PDT by Swordmaker

Thank you. I'm honored to be with you today for your commencement from one of the finest universities in the world. Truth be told, I never graduated from college and this is the closest I've ever gotten to a college graduation.

Today I want to tell you three stories from my life. That's it. No big deal. Just three stories. The first story is about connecting the dots.

I dropped out of Reed College after the first six months but then stayed around as a drop-in for another eighteen months or so before I really quit. So why did I drop out? It started before I was born. My biological mother was a young, unwed graduate student, and she decided to put me up for adoption. She felt very strongly that I should be adopted by college graduates, so everything was all set for me to be adopted at birth by a lawyer and his wife, except that when I popped out, they decided at the last minute that they really wanted a girl. So my parents, who were on a waiting list, got a call in the middle of the night asking, "We've got an unexpected baby boy. Do you want him?" They said, "Of course." My biological mother found out later that my mother had never graduated from college and that my father had never graduated from high school. She refused to sign the final adoption papers. She only relented a few months later when my parents promised that I would go to college.

This was the start in my life. And seventeen years later, I did go to college, but I naïvely chose a college that was almost as expensive as Stanford, and all of my working-class parents' savings were being spent on my college tuition. After six months, I couldn't see the value in it. I had no idea what I wanted to do with my life, and no idea of how college was going to help me figure it out, and here I was, spending all the money my parents had saved their entire life. So I decided to drop out and trust that it would all work out OK. It was pretty scary at the time, but looking back, it was one of the best decisions I ever made. The minute I dropped out, I could stop taking the required classes that didn't interest me and begin dropping in on the ones that looked far more interesting.

It wasn't all romantic. I didn't have a dorm room, so I slept on the floor in friends' rooms. I returned Coke bottles for the five-cent deposits to buy food with, and I would walk the seven miles across town every Sunday night to get one good meal a week at the Hare Krishna temple. I loved it. And much of what I stumbled into by following my curiosity and intuition turned out to be priceless later on. Let me give you one example.

Reed College at that time offered perhaps the best calligraphy instruction in the country. Throughout the campus every poster, every label on every drawer was beautifully hand-calligraphed. Because I had dropped out and didn't have to take the normal classes, I decided to take a calligraphy class to learn how to do this. I learned about serif and sans-serif typefaces, about varying the amount of space between different letter combinations, about what makes great typography great. It was beautiful, historical, artistically subtle in a way that science can't capture, and I found it fascinating.

None of this had even a hope of any practical application in my life. But ten years later when we were designing the first Macintosh computer, it all came back to me, and we designed it all into the Mac. It was the first computer with beautiful typography. If I had never dropped in on that single course in college, the Mac would have never had multiple typefaces or proportionally spaced fonts, and since Windows just copied the Mac, it's likely that no personal computer would have them.

If I had never dropped out, I would have never dropped in on that calligraphy class and personals computers might not have the wonderful typography that they do.

Of course it was impossible to connect the dots looking forward when I was in college, but it was very, very clear looking backwards 10 years later. Again, you can't connect the dots looking forward. You can only connect them looking backwards, so you have to trust that the dots will somehow connect in your future. You have to trust in something--your gut, destiny, life, karma, whatever--because believing that the dots will connect down the road will give you the confidence to follow your heart, even when it leads you off the well-worn path, and that will make all the difference.

My second story is about love and loss. I was lucky. I found what I loved to do early in life. Woz and I started Apple in my parents' garage when I was twenty. We worked hard and in ten years, Apple had grown from just the two of us in a garage into a $2 billion company with over 4,000 employees. We'd just released our finest creation, the Macintosh, a year earlier, and I'd just turned thirty, and then I got fired. How can you get fired from a company you started? Well, as Apple grew, we hired someone who I thought was very talented to run the company with me, and for the first year or so, things went well. But then our visions of the future began to diverge, and eventually we had a falling out. When we did, our board of directors sided with him, and so at thirty, I was out, and very publicly out. What had been the focus of my entire adult life was gone, and it was devastating. I really didn't know what to do for a few months. I felt that I had let the previous generation of entrepreneurs down, that I had dropped the baton as it was being passed to me. I met with David Packard and Bob Noyce and tried to apologize for screwing up so badly. I was a very public failure and I even thought about running away from the Valley. But something slowly began to dawn on me. I still loved what I did. The turn of events at Apple had not changed that one bit. I'd been rejected but I was still in love. And so I decided to start over.

I didn't see it then, but it turned out that getting fired from Apple was the best thing that could have ever happened to me. The heaviness of being successful was replaced by the lightness of being a beginner again, less sure about everything. It freed me to enter one of the most creative periods in my life. During the next five years I started a company named NeXT, another company named Pixar and fell in love with an amazing woman who would become my wife. Pixar went on to create the world's first computer-animated feature film, "Toy Story," and is now the most successful animation studio in the world.

In a remarkable turn of events, Apple bought NeXT and I returned to Apple and the technology we developed at NeXT is at the heart of Apple's current renaissance, and Lorene and I have a wonderful family together.

I'm pretty sure none of this would have happened if I hadn't been fired from Apple. It was awful-tasting medicine but I guess the patient needed it. Sometimes life's going to hit you in the head with a brick. Don't lose faith. I'm convinced that the only thing that kept me going was that I loved what I did. You've got to find what you love, and that is as true for work as it is for your lovers. Your work is going to fill a large part of your life, and the only way to be truly satisfied is to do what you believe is great work, and the only way to do great work is to love what you do. If you haven't found it yet, keep looking, and don't settle. As with all matters of the heart, you'll know when you find it, and like any great relationship it just gets better and better as the years roll on. So keep looking. Don't settle.

My third story is about death. When I was 17 I read a quote that went something like "If you live each day as if it was your last, someday you'll most certainly be right." It made an impression on me, and since then, for the past 33 years, I have looked in the mirror every morning and asked myself, "If today were the last day of my life, would I want to do what I am about to do today?" And whenever the answer has been "no" for too many days in a row, I know I need to change something. Remembering that I'll be dead soon is the most important thing I've ever encountered to help me make the big choices in life, because almost everything--all external expectations, all pride, all fear of embarrassment or failure--these things just fall away in the face of death, leaving only what is truly important. Remembering that you are going to die is the best way I know to avoid the trap of thinking you have something to lose. You are already naked. There is no reason not to follow your heart.

About a year ago, I was diagnosed with cancer. I had a scan at 7:30 in the morning and it clearly showed a tumor on my pancreas. I didn't even know what a pancreas was. The doctors told me this was almost certainly a type of cancer that is incurable, and that I should expect to live no longer than three to six months. My doctor advised me to go home and get my affairs in order, which is doctors' code for "prepare to die." It means to try and tell your kids everything you thought you'd have the next ten years to tell them, in just a few months. It means to make sure that everything is buttoned up so that it will be as easy as possible for your family. It means to say your goodbyes.

I lived with that diagnosis all day. Later that evening I had a biopsy where they stuck an endoscope down my throat, through my stomach into my intestines, put a needle into my pancreas and got a few cells from the tumor. I was sedated but my wife, who was there, told me that when they viewed the cells under a microscope, the doctor started crying, because it turned out to be a very rare form of pancreatic cancer that is curable with surgery. I had the surgery and, thankfully, I am fine now.

This was the closest I've been to facing death, and I hope it's the closest I get for a few more decades. Having lived through it, I can now say this to you with a bit more certainty than when death was a useful but purely intellectual concept. No one wants to die, even people who want to go to Heaven don't want to die to get there, and yet, death is the destination we all share. No one has ever escaped it. And that is as it should be, because death is very likely the single best invention of life. It's life's change agent; it clears out the old to make way for the new. right now, the new is you. But someday, not too long from now, you will gradually become the old and be cleared away. Sorry to be so dramatic, but it's quite true. Your time is limited, so don't waste it living someone else's life. Don't be trapped by dogma, which is living with the results of other people's thinking. Don't let the noise of others' opinions drown out your own inner voice, heart and intuition. They somehow already know what you truly want to become. Everything else is secondary.

When I was young, there was an amazing publication called The Whole Earth Catalogue, which was one of the bibles of my generation. It was created by a fellow named Stuart Brand not far from here in Menlo Park, and he brought it to life with his poetic touch. This was in the late Sixties, before personal computers and desktop publishing, so it was all made with typewriters, scissors, and Polaroid cameras. it was sort of like Google in paperback form thirty-five years before Google came along. I was idealistic, overflowing with neat tools and great notions. Stuart and his team put out several issues of the The Whole Earth Catalogue, and then when it had run its course, they put out a final issue. It was the mid-Seventies and I was your age. On the back cover of their final issue was a photograph of an early morning country road, the kind you might find yourself hitchhiking on if you were so adventurous. Beneath were the words, "Stay hungry, stay foolish." It was their farewell message as they signed off. "Stay hungry, stay foolish." And I have always wished that for myself, and now, as you graduate to begin anew, I wish that for you. Stay hungry, stay foolish.

Thank you all, very much.

Thursday, September 01, 2005

Te lo dije

El gobierno acaba de publicar el Marco Macroeconómico Multianual revisado que comprende el período 2006-2008. La sorpresa -si cabe el término- es el anuncio oficial de parte del MEF que los dos de tres impuestos temporales serán más bien permanentes. Según el MEF, el ITF desaparecerá a fines del 2006 (cuando el gobierno sea otro) pero el Impuesto temporal a los Activos Netos y el aumento temporal del IGV de 18% a 19% serán permanentes. No voy a decir nada más que: te lo dije.

Frente a este anuncio uno tendría que preguntar porqué ciertas promesas si se cumplen y otras no tanto. En el juego de repartir los ingresos públicos hay algunos que se han beneficiado más que otros por distintas razones y circunstancias que ahora no me interesa discutir. Lo cierto es que los aumentos salariales –a cambio de nada- han sido y seguirán siendo financiados por estos impuestos que estoicamente seguiremos pagando, los que pagamos. Entre las primeras promesas del nuevo ministro está que los gastos no financieros sólo crecerán 2.8%, es decir, respetará lo que dice la Ley de Transparencia y Responsabilidad Fiscal.

Cuando doy clases sobre política fiscal en la universidad normalmente discutimos que una de las herramientas que los gobiernos suelen utilizar para atenuar el impacto del ciclo económico es justamente la política fiscal. La idea es que el gobierno reducirá los impuestos en momentos de recesión para que la capacidad de gasto agregado de la economía aumente. De manera simétrica el gobierno aumentará los impuestos cuando la economía esté acelerada. Eso es pura teoría, porque en este gobierno la presión tributaria viene en aumento. Es decir, los impuestos están creciendo incluso más que lo que la tasa de crecimiento de la economía. ¿Raro, no?

Algunos justifican esta decisión en el cajón de sastre de moda: las inagotables demandas sociales que deben ser atendidas. OK. Eso cuadra porque como lo vengo diciendo hace mucho este gobierno ha optado por recaudar porque tiene que gastar y gastar porque tiene que durar. En ese sentido la política fiscal ha sido eficaz.

La otra sorpresa, esta si positiva, que trae el MMM es que el nivel de deuda pública total sobre PBI finalmente se redujo gracias al arreglo con el Club de París. Después de años de recaudación record no habíamos logrado bajar este indicador casi nada pero el arreglo logró bajar este ratio de 45% a 39%. Esto es notable y saludable. Porque esto se ha hecho sin que hayamos sacrificado gastos corrientes (que siguen subiendo) para reducir el peso de la deuda.

Finalmente, el MEF sigue soñando con respecto al escenario externo pues no hay mayores baches en la tasa de crecimiento del PBI de aquí al 2008. Ojalá esto sea así. Lo cierto es que la teoría mandaría a ser más prudentes dada la proximidad de un escenario externo menos favorable. De repente están esperando otro “te lo dije” de aquí a unos meses.

Publicado en El Comercio, Setiembre 1, 2005

Thursday, August 25, 2005

¿Y los informales?

En los debates de temas de interés público típicamente se trata de escuchar la opinión de todas las partes. Un grupo que no puede faltar son los directamente afectados por el cambio en la política pública. Es curioso que en el debate de cómo hacer que las empresas ofrezcan una mayor proporción de empleo formal nadie les acerque un micrófono a aquellos que hoy justamente no tienen un empleo formal. Aquellos que no tienen 30 o 15 días de vacaciones. Ellos sencillamente no tienen vacaciones, ni CTS, ni seguridad social, nada, de nada. Sólo un salario, el cual si es pagado con puntualidad implica ponerle una velita más a la santa patrona.

En toda discusión se tiende a exagerar de cada lado. Si bien es cierto que la gran mayoría de la población tiene un contrato informal de trabajo también es cierto que muchos de ellos son independientes y por lo tanto jamás tendrán un contrato con vacaciones, CTS, seguridad social o cosas por el estilo. A ellos podría no importarles que se perfeccione la norma que regula los contratos formales. Lo cierto es que eso es parcialmente cierto. ¿Por qué? La razón es simple, muchos de los trabajadores que hoy están en el mercado de trabajos informales también podrían buscar un empleo formal, al no conseguirlo terminaron siendo informales. Muchas veces ellos tienen que decidir entre un trabajo que les ofrece un contrato formal y otro informal. Un contrato formal puede pagar menos (por todos los descuentos de ley) que el otro y hará más difícil la decisión para el trabajador.

Como en muchos problemas la gente con más problemas es la que está con un pie en cada lado. Los que pueden estar bajo un contrato formal pero no pueden acceder a uno y los que pudiendo estar en un contrato formal optan por un contrato informal. En ambos casos el problema es que los números no dan.

En el primer caso, es la empresa a la que los números no le dan para pagar un contrato formal. No es que el trabajador no valga la pena y no sea de interés de la empresa de retenerlo, sencillamente la empresa no es lo suficientemente rentable para poder cubrir los costos de un contrato formal. Pero el problema no sólo está en el costo de entrar al mercado laboral, también importa el costo de salir del mismo. La empresa podría argumentar que dada su precaria capacidad de generación de ingresos no tiene lógica atarse a un trabajador que le costaría mucho despedir si estuviese bajo un contrato formal. Es por esto que los cambios propuestos no sólo deben actuar sobre los costos de entrada sino también sobre los de salida.

En el segundo caso, es el trabajador al que no le conviene el contrato formal. Más preocupado por las urgencias de tener un mayor salario –hoy- frente a tener algo de protección –mañana-, opta por un contrato informal. Una sola frase sobre la oportunidad de discutir este tema en esta coyuntura. ¡Maduremos! Es ridículo escuchar que hay temas que no se pueden discutir porque los congresistas están pensando en las elecciones. Entonces, ¿para que tenemos congresistas elegidos por 5 años? Si no pueden discutir apropiadamente estos temas que el último año se vayan a su casa o a hacer campaña para su reelección y nos ahorramos sus sueldos.

Publicado en El Comercio, Agosto 25, 2005

Thursday, August 18, 2005

El poder de los incentivos

Luego del lanzamiento de la nueva AFP el mercado de la administración privada de fondos de pensiones ha tomado un dinamismo que muchos ansiábamos ver hace bastante. Quisiera hacer tres reflexiones sobre este tema. La primera es insistir en que la base de la competencia al interior del mercado de administración de fondos previsionales se basa en que cualquier nueva empresa pueda desafiar a las empresas existentes. A lo que me refiero es que las condiciones de mercado deben favorecer que sea fácil entrar al mismo. En economía se dice que no debe haber barreras a la entrada imposibles de franquear. Si para entrar a competir en un mercado se necesita 300 autorizaciones distintas o un permiso de las empresas ya existentes difícilmente veremos una nueva empresa en ese sector. En el caso de las AFP las barreras a la entrada no eran altas.

Las principales “barreras a la entrada” eran: (1) una sensación de que el sistema privado de pensiones estaba bajo constante amenaza legislativa; (2) el mercado potencial de nuevos afiliados es muy chico. Nadie quiere lanzarse a gestionar una empresa donde lo que importa es el largo plazo, pero no se sabe si las reglas serán las existentes o unas diametralmente distintas. Nadie quiere formar una empresa donde sabe que el tamaño de mercado depende del tamaño de un sector formal que prácticamente no ha crecido.

Esto nos lleva a la segunda reflexión. ¿Porque no pasó esto antes? Yo diría que hay dos efectos que han jugado en contra de un mayor dinamismo competitivo en el mercado de AFP. Uno: competir exige diferenciarse. Dos: competir exige libertad de elección. Si uno observa un mercado donde hay muy poco margen para ofrecer algo distinto a lo que ya ofrecen las demás difícilmente se lanzará a la piscina. ¿Por qué nuestros nuevos chefs siguen abriendo restaurantes en Lima? Básicamente porque creen que lo que ellos ofrezcan será distinto a lo que hay y le quitarán un pedazo de ese mercado a los actuales restaurantes. Para eso se necesita que los clientes puedan moverse libremente de un restaurante a otro. Si la regulación me obliga a almorzar en el mismo restaurante todo el año, o si debo pedir un permiso para cambiar de restaurante estoy creando condiciones de mercado que no favorecen la competencia. La SBS ha venido cambiando las regulaciones para que esto en efecto suceda: mayor libertad en los traspasos, la creación de los multifondos y la posibilidad de los descuentos por permanencia.

La última reflexión es remarcar el poder los incentivos de mercado. Muchos criticaron el tamaño de las utilidades de las AFP. Pero son precisamente esas utilidades las que han activado todo lo que hoy estamos viendo. Todo este escenario de renovada competencia hubiera sido impensable si el Congreso aprobaba proyectos de ley como los que proponían que la comisión sea no mayor a 1 por ciento, o el que proponía que el Estado debe tener su propia AFP con reglas distintas a las de las AFP privadas. La competencia funciona cuando dejan que los incentivos funcionen. Hoy los afiliados al Sistema Privado de Pensiones están mucho mejor servidos gracias a la competencia. ¿En qué estarán pensando los afiliados al Sistema Nacional de Pensiones?

Publicado en El Comercio, Agosto 18, 2005

Thursday, August 11, 2005

El jamón de la interoceánica

El presidente Toledo contra viento y marea ha firmado el contrato de la carretera interoceánica. Como diría Alejandro Sanz, le ha valido madre todos los cuestionamientos técnicos que varios hemos hecho públicamente. Ninguno de los que nos opusimos a la firma del contrato “tal cual están las cosas” nos oponemos en principio a que se destinen recursos a hacer, o mejorar digamos, la carretera interoceánica para comunicarnos con nuestros vecinos brasileros o a hacer más macho al Tren Macho.

El problema es uno y solamente uno. Imagínense que el director del colegio de su hijo le avisa que las pensiones subirán porque ha decidido que, frente a los airados reclamos de dotar de mayor seguridad al colegio, sería una gran idea invertir 800 millones de dólares en mejorar la infraestructura del colegio y hacer de la escuela un bunker capaz de resistir un ataque nuclear. Inmediatamente diríamos que esto no tiene sentido y que jamás pondremos un sol por que el proyecto no se justifica. Los beneficios que traerá el proyecto no son significativos más allá de lo que pueda pensar algún padre terriblemente paranoico. Más de uno le sugerirá al director que porqué no plantea hacer algo que si valga la pena y que los padres puedan costear dados sus ingresos.

¿No le quedó claro? Intento con otro ejemplo. Ahora usted acaba de probar su primera camioneta 4x4 y ya está decidido a comprarla. Pero antes de cerrar el trato el vendedor le dice “usted debería ponerle un sistema de luces especiales que nos acaban de llegar de Italia, son lo máximo si usted tiene que atravesar túneles muy largos como los que pasa el Tren Macho”. Usted fue solo al concesionario así que no tiene a quien preguntarle si lo que acaba de escuchar es el más grande disparate o si en verdad usted debería pagar los 3 mil dólares adicionales que cuestan los benditos focos anti-neblina-dentro-de-túnel-recién-llegados-de-Italia. En ese instante la duda lo asalta (además de lo que ya le está haciendo el vendedor) y le dice al vendedor: “sabe, me encantarían las luces que me ofrece, pero la plata no me alcanza”. Y usted siente que con eso alejó el peligro. Nada más lejos de la verdad. El vendedor retruca instantáneamente como si hubiese intuido su reacción: “pero si nosotros se lo financiamos”. En un último intento, usted le dice: “Déjeme consultarlo con alguien que sepa de esto”. Aún más rápido el vendedor le dice: “No. El tiempo apremia. El financiamiento sólo se lo puedo garantizar hoy”. Usted, desarmado de argumentos y carente de alguna opinión técnica que refute al vendedor, firma el contrato, pagadero en cómodas cuotas por el resto de su vida. Así es, la próxima vez que algún desubicado le prenda unos focos anti-neblina-dentro-de-túnel-recién-llegados-de-Italia en el túnel de la Herradura usted ya sabe quien es.

¿Aun no me dejo entender? Va mi último intento. Tengo un amigo que cuando vamos a comer un sándwich el paga un sándwich mixto pero pide que le quiten el jamón. Es decir, le dan un sándwich de queso. ¿Por qué hace eso? Porque lo que a él efectivamente le gusta es el sándwich de queso. En otras palabras, no le da ningún uso al jamón. Le basta con el queso. Bueno asfaltar la interoceánica es el jamón del sándwich de mi amigo. Para los que aun no entienden el título original de esta columna era: “El fin no justifica gastarse todos los medios”.


Publicado en El Comercio, Agosto 11, 2005

Thursday, August 04, 2005

Reflexiones después de Fiestas Patrias

Como Director del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico no puedo dejar de compartir algunas reflexiones con ustedes luego de estos días de discursos llenos de cifras y de pocas explicaciones. Lo primero es que el resultado principal del estudio que hicieron mis colegas, Carlos Casas y Gustavo Yamada, es que contra lo que uno podría haber imaginado el crecimiento de la economía peruana no se ha reflejado de manera uniforme en toda la población. Por el contrario, hay dos sectores de la población que sí la han visto (y sentido) y otro (bastante grande) que no. Lo segundo es que típicamente en los momentos de auge de nuestra economía este crecimiento beneficiaba marginalmente a los realmente pobres. En este caso, eso es exactamente al revés. Quienes han visto aumentar sus ingresos de manera más significativa son los más pobres entre los pobres. Es decir, los pobres rurales. Los que no están en las ciudades. Esos que no leerán está columna.

Este resultado es muy bueno de destacar porque somos un país partido en dos y típicamente ellos no tienen voz, a ellos no los entrevistan, a ellos no los visitan los políticos más que antes de una votación. Ellos han aumentado sus ingresos y por lo tanto la pobreza rural se ha reducido. Aquí cabe una primera pregunta: ¿ha sido suficiente? Obviamente que no. Y la razón no sólo es que sus ingresos deberían aumentar más para salir de la pobreza sino que ¿mejoró la calidad de la educación en esas zonas?, ¿mejoró la infraestructura pública? Probablemente aún no.

En tercer lugar, hay un gran sector de la población: diríamos los limeños con ingresos entre 500 y 1500 soles quienes no han visto incrementar sus ingresos a pesar que la economía peruana ha crecido cuatro años seguidos de manera sostenida. Esto es raro y merece una explicación. El estudio aquí no entra en mayor detalle porque buscó medir más que explicar. Una posible hipótesis es que la inversión privada se rezagó en este proceso de crecimiento y cuando se dinamizó lo hizo mayormente en las zonas fuera de Lima.

El presidente mencionó que se han creado un millón setecientos mil empleos entre el 2001 y el 2004. Ese es un buen resultado pero que oculta que menos de 600 mil de esos empleos son adecuados. Es decir, empleos en los cuales los trabajadores tendrán una remuneración mayor al de una canasta mínima de consumo. Les recuerdo que crecimos 4 años seguidos a 5% en promedio. Y ni así podemos generar más empleo adecuado. Algo más debe estar faltando, ¿no? El gobierno (una parte al menos) quiere aprobar una reforma laboral que permita sea más fácil hacerlo. El problema es que la otra parte del gobierno quiere hacer todo lo contrario.

Para mi la mayor ausencia en lo económico fue explicarle a la ciudadanía como se había logrado obtener estos resultados: (1) un excelente entorno internacional, (2) el rol del ATPDEA en abrir mercados a nuestros productos, (3) prudencia fiscal, al menos más allá de lo que se esperaba en un inicio del gobierno, (4) estabilidad monetaria. ¿Si esa receta funcionó porqué no insistir con ella y apoyar firmemente el tratado de libre comercio? ¿Por qué no concentrarse en lo que aún falta por hacer? ¿Por qué echar a perder lo avanzado?

Publicado en El Comercio, Agosto 4, 2005

Monday, August 01, 2005

Estudio del CIUP sobre chorreo (link to file)

http://www.mef.gob.pe/propuesta/DGAES/doc001072005.pdf

Friday, July 29, 2005

Plata ajena

Me estoy mudando de casa y en las últimas semanas la decoradora me ha preguntado cien veces ¿compramos esto o lo otro? Hemos revisado quince veces los diseños de los muebles antes de encargarlos y chequeado los colores de cada cuarto una y otra vez. ¿Soy un tacaño? ¡¡No!! Para nada, sencillamente le di un presupuesto a la decoradora y ella está actuando con la prudencia, responsabilidad y transparencia como se debe hacer cuando es plata ajena.

¿A que viene esto? Bueno, lo mismo debería hacer el gobierno con nuestros impuestos. Nosotros le damos plata al gobierno y ellos deberían actuar como si fuera plata ajena. Por eso es que tenemos una serie de garantías para que esto sea así. Le exigimos que presente y sustente un presupuesto, le pedimos que los proyectos de inversión pública pasen por un revisión especial por gente experta en evaluar ese tipo de gastos, le obligamos a que exista una Contraloría que supervise que todo se hice según manda la ley. Todo esto lo hacemos porque la plata no sobra y las necesidades son demasiado amplias para ser todas atendidas. Es más, tenemos una ley de prudencia y responsabilidad fiscal que exige que el gobierno sea transparente en sus decisiones de gasto y que no privilegie las farras fiscales sino un manejo prudente que privilegie el mediano plazo.

El gran problema es que el Perú nunca se queda corto por leyes. Leyes tenemos y para todo. Y si la que tenemos dice que no podemos endeudarnos más, la cambiamos vía decreto de urgencia. Y si dice que no podemos gastar más de cierto tope, la ignoramos. Así es nuestro Perú. Por eso es que tenemos que estar alerta antes que los errores se cometan, antes que las normas no se respeten, antes que los corruptos se favorezcan, antes que hagan lo que quieran con plata ajena. Por eso es que tenemos que poner el grito en el cielo por la forma como se quiere hacer la carretera interoceánica. Hay ciertos procedimientos que se han establecido para realizar un gasto de ese tamaño porque al Perú la plata no le sobra, porque esa carretera la va a pagar usted y yo en el IGV de 19% (que no bajará como prometieron) que está incluido en cada compra que usted hace. Esos impuestos los pagamos todos, pasemos o no por la interoceánica.

Si ustedes miraran el estudio hecho para ver si vale la pena hacer la carretera encontrarían una larga lista de cosas que los haría pedir por lo menos una explicación. Y son todas de sentido común. Por ejemplo, nadie pone asfalto en una carretera por la que pasan y pasarán pocos autos. ¿Usted compraría un Picasso para ponerlo en su baño? Además, la rentabilidad de la obra depende de que Madre de Dios se vuelva casi milagrosamente en una potencia agraria. ¿Si usted sabe que sus ingresos no van a ser superiores a 1000 soles aceptaría endeudarse para comprarse un piso con vista al mar?

Si usted y yo para comprar una lámpara la miramos 10 veces y vemos 10 opciones distintas, ¿por qué el gobierno gasta US$ 800 millones (nuestros) y no cumple con los procedimientos establecidos y revisa con calma? ¿Qué nos dirá el presidente Toledo en un rato más?

Publicado en El Comercio, Julio 28, 2005

Thursday, July 21, 2005

Chorreo o inclusión

Estos días estuvo en Lima invitado por la Universidad del Pacífico el profesor de la Universidad de Columbia, Jagdish Baghwati. Para quienes no lo conocen, Bhagwati es uno de los más fervorosos defensores del libre comercio internacional y de los beneficios de la globalización. Luego de escucharlo todo el día y leer con detenimiento su libro quisiera rescatar una frase de una conversación que tuvo con los profesores de la Facultad de Economía.

Bhagwati decía que aunque se había puesto de moda, aquí y en todas partes, era un error hablar de chorreo. La idea de chorreo es que hay dos tipos de personas. Unas que están sentadas a la mesa disfrutando del banquete y otros que en realidad están esperando alimentarse con las sobras que se caen de este festín. Esto es inaceptable, indignante y en realidad no tiene nada que ver con lo que implica que una economía crezca.

El término “chorreo” es nuestra traducción de “trickle-down”. Este término se puso de moda en la presidencia de Ronald Reagan luego de un discurso de su asesor económico quien favorecía que se redujeran los impuestos a las empresas. La idea era que si las corporaciones, las grandes empresas, incrementaban sus ganancias, estas ganancias terminarían jalando al resto de la población porque esto crearía las condiciones para que las empresas invirtieran en nuevos proyectos y por lo tanto se crearían los nuevos puestos de trabajo. El que nuestra economía haya crecido en los últimos 4 años de manera sostenida sin duda no es el fruto de reducciones impositivas. Puede ser atribuido al ATPDEA, a los precios favorables, al manejo interno de la economía, a lo que quieran pero no a menores impuestos.

Pero el punto que quisiera destacar es que este crecimiento sostenido genera un efecto que en inglés se diría “pull-up” y que a mi me gustaría traducir como “inclusión”. Digo esto porque en realidad lo que está pasando es que a una gran cantidad de personas que no hubiesen encontrado otra forma de generar ingresos que auto-generándoselos se les abre la posibilidad de sentarse a la mesa del crecimiento. Es cierto que a ellos no les está tocando la mejor presa del banquete pero ellos están en el banquete con su plata, generada con su trabajo. No hay regalos, dádivas, sino compensación por su trabajo.

Probablemente uno de los temas que el presidente Toledo más insista en su discurso de la próxima semana sea el que está chorreando. La verdad que el presidente debería dejar de usar ese término. Así que más que chorreo deberíamos hablar de abrir las puertas, de incluir en la mesa a más peruanos que con su esfuerzo generan su ingreso y pagan sus impuestos. De eso se trata el crecimiento, de permitir que la gente pueda aspirar a que sus habilidades y esfuerzos serán recompensados, que su trabajo vale la pena, y que no se trata de estirar la mano esperando que chorree.

Publicado en El Comercio, Julio 21, 2005

Thursday, July 14, 2005

Para creer que se puede crecer

Esta semana hubo gran celebración porque una de las metas fijadas por el gobierno del Presidente Toledo se ha cumplido. En serio, las exportaciones peruanas se han duplicado un año antes de que el gobierno termine su mandato. Antes exportábamos siete mil millones de dólares hoy ya exportamos 14 mil millones de dólares. Es cierto que hemos tenido 4 años seguidos de aumento en los precios de nuestros productos de exportación pero también se han elevado los volúmenes de exportación.

Esto tiene una enorme importancia para nuestra economía. No sólo marca nuestra capacidad como nación, de nuestro conjunto de empresas y sus trabajadores de lograr venderle al mundo esos producto, sino que en términos más macroeconómicos implica una suerte de seguro. Déjenme que explico. El Perú como casi todas las economías subdesarrolladas del mundo tenemos más pasivos que activos con el resto del mundo. En palabras sencillas les debemos más de lo que nos deben a nosotros. Entonces necesitamos tener una mayor capacidad de generar recursos para repagar esas obligaciones. Una forma sana de hacerlo es aumentar nuestra capacidad exportadora. Esto no es fácil, ni mucho menos automático y por eso lo relevante del dato.

Lo más sorprendente es que este resultado se ha dado a pesar que aun no hemos hecho nada con el puerto del Callao, vía principal para nuestras exportaciones, y tampoco hemos firmado un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que garantice el acceso permanente a mercados más rentables sino seguimos bajo el amparo temporal del ATPDEA. Es más, el gobierno sigue medio temeroso respecto a que tanto se puede dejar que las protestas contra las empresas mineras sean sinónimos de ataques a los campamentos mineros, o decidir si permitir bloquear las carreteras es parte de un nuevo deporte nacional o en realidad constituye un grave ataque a nuestra capacidad productiva. Esto último no sólo atenta nuestro derecho de libre tránsito sino también nuestro derecho a progresar como país.

A veces no sé si nuestra economía en realidad podría crecer mucho más sólo que hay mucha más gente trabajando para que eso no pase. Algo que pasa aquí y en muchas partes es que las protestas aumentan cuando hay mayor crecimiento. La razón de esto es que ven más posible que los reclamos sean atendidos cuando los bolsillos están llenos, y basta que se ceda un espacio sin exigir nada a cambio para que se venga el desorden. Entonces se da este efecto perverso del crecimiento: más crecemos y más protestas tenemos. Obviamente no todos tienen igual capacidad de hacerse oír y por eso se dan decisiones injustificables junto con resultados increíbles como el de las exportaciones. ¿Alguien me podría decir que es lo que le estamos exigiendo a nuestros profesores de escuelas públicas a cambio del aumento de casi 50% en este gobierno? ¿Sólo menos huelgas, o es que se lo debíamos como país?

Publicado en El Comercio, Julio 14, 2005

Thursday, July 07, 2005

El mercado de votos

Imagínese que usted finalmente decidió entrar en política. Es más, después de muchas o pocas consultas con su almohada ha aceptado tentar un puesto en el Congreso. Una de sus primeras preocupaciones será: ¿y quién podría estar interesado en votar por mí? Frente a esta pregunta, alguien le podría decir “busca concentrar tus votos concentrando tus opiniones sobre un tema en particular”. Para que esta estrategia tenga sentido lo ideal sería que dicho tema sea del interés de muchas personas; mientras más, mejor.

Creo que es obvio que nadie puede pensar en ganar una elección, o siquiera sobresalir entre los más de 2400 potenciales candidatos al Congreso, si es que su tema de campaña es tan acotado como el potencial efecto contra el ambiente del humo de aquellos que fuman pipa. Lo lógico será extender esto a cualquier cosa que produzca humo: autos, cigarros, fábricas, etc.

Siguiendo en esa línea, no debería ser sorpresa para nadie que nuestro potencial candidato al Congreso opte por uno de esos temas que llamamos de “interés público”. Insisto, y mientras más público interesado mejor. En ese grupo entran el SOAT, las comisiones de los bancos y AFP, el costo del teléfono, el precio del gas, el precio de la electricidad.

Los que por el momento sólo son candidatos se contentarán con decir que son carísimos y que es una barbaridad que nadie haga nada y que ustedes resolverán esto apenas sean electos y hayan remodelado su nueva oficina en el Congreso. Los que ya tienen oficina remodelada en el Congreso tendrán un discurso parecido pero estarán en pantallas y radios prometiendo que ellos lograrán poner las cosas (es decir, los precios) en su lugar. No importa que esto vaya en contra de las instituciones que supuestamente se crearon para este fin o que estemos a un paso de fijar arbitrariamente los precios. Tampoco importa que eso les quite tiempo para sus otras actividades de legislador y ahora ya no sepan que es lo que estaban votando en la última sesión del pleno. Total, ganarse los votos de la próxima elección bien vale dejar que los corruptos de ayer salgan libre. ¿A no ser que a un grupo grande de votantes le importe la corrupción más que el precio del balón de gas, no?

Déjenme hacerles una pregunta a todos ustedes. ¿Cuál es la mejor respuesta de alguien que maneja una de estas empresas que será amenazada por este tipo de campaña política? Las opciones son: (a) jugar al muertito y esperar el golpe para ver que hacer, (b) reducir sus precios unilateralmente antes que la campaña se caliente más con la esperanza que nadie reclame mayores reducciones, (c) estar dispuesto a revisar sus precios concertadamente con la clase política de modo de hacerlo una sola vez y no dos veces, (d) adoptar una postura totalmente intransigente, (e) confiar que las instituciones que se crearon para estos fines reaccionen y reclamen que sus atribuciones están siendo atropelladas por un montón de gente que lo único que quieren es maximizar la probabilidad de seguir teniendo una curul en Plaza Bolívar o estrenar una nueva oficina en el Jr. Junín.

Publicado en El Comercio, Julio 7, 2005

Friday, July 01, 2005

En defensa de los economistas del BCRP

He recibido esta carta en respuesta a mi columna del jueves pasado. Creo que es justo publicarla. Sólo quiero mencionar que mis críticas apuntan al Directorio. La Gerencia del BCR opina mediante informes que el Directorio decide o no ignorar. Personalmente no creo posible que la Gerencia esté de acuerdo con los argumentos planteados por el Directorio en este caso. La pregunta para el público es si deberíamos exigir que la Gerencia haga pública su opinión técnica o siga haciendo mutis.

Eduardo Morón
Universidad del Pacífico

EN DEFENSA DE LOS ECONOMISTAS DEL BCR
Por Teodoro Abanto Tafur

Normalmente leo con atención y simpatía lo que escribe Eduardo Morón, profesor de la Universidad del Pacífico, mi alma mater. Pero en esta ocasión, si bien no tengo objeciones con el fondo de su análisis, tengo que discrepar con sus formas, pues me ha llamado mucho la atención su artículo publicado en el diario El Comercio el 23 de junio, en el cual hace apreciaciones injustas sobre los economistas del BCR, al afirmar que éstos necesitan urgente un “curso básico de finanzas”, a propósito del tema de las inversiones de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Estoy convencido de que mis ex colegas del BCR saben más finanzas de lo que el profesor Morón está dispuesto a reconocer. A pesar de ello, éstos no podrán dar respuesta a sus expresiones y, como es usual en estos casos, asumirán el golpe con estoicismo y resignación. ¿Conocen los profesores universitarios y otros analistas externos cuales fueron las recomendaciones de los economistas de carrera del BCR sobre las distintas decisiones que adopta el Instituto Emisor? No las conocen. Por lo tanto, no es serio ni justo saltar a conclusiones apresuradas y descalificar a los economistas del BCR argumentando que les falta un curso básico de finanzas, cuando una decisión de la institución no les es de su agrado, o no está alineada con sus paradigmas cognitivos.

Debe ser obvio para todo atento analista externo, que no todo lo que no les gusta de un banco central, en término de decisiones monetarias y financieras, se debe a que a sus economistas de carrera les falta un “curso básico de finanzas”, “el abc de la economía”, o argumentos similares. Como se sabe, en ocasiones, entre lo que recomienda la gente de carrera de un banco central y lo que aprueba su Directorio puede haber diferencias sustanciales. No obstante ello, los economistas de carrera del BCR no tienen voz al exterior de las paredes del edificio de Miró Quesada para aclarar sus posiciones. No tienen los derechos de los congresistas, quienes pueden expresar su voto singular al interior del Congreso y luego salir a la prensa a explicar sus motivos y puntos de vista. Normalmente, un economista en ejercicio del BCR no se presenta ante la prensa a declarar que sobre “tal materia propuso A y el Directorio aprobó B”. No es propio de un economista formado en el BCR estar buscando prensa para dar declaraciones o filtrar información.

En días pasados hemos visto en los medios una campaña de maltratos y atropellos verbales, de personalidades de la política, en contra de los funcionarios del MEF. Se les ha dicho de todo, sin que éstos puedan defenderse. Es la lucha de siempre entre los técnicos, que tienen el deber de velar por la estabilidad económica del país en el largo plazo, y los políticos con tinte populista que buscan el aplauso, “aquí y ahora”. Es penoso que en ese contexto de controversial de las relaciones entre los políticos y los técnicos, artículos como el que comentamos puedan contribuir a llevar agua al molino equivocado.

Publicado en El Comercio, Junio 30, 2005

Thursday, June 23, 2005

El BCRP necesita urgente un curso básico de finanzas

A mis alumnos siempre les digo que los economistas somos una mezcla entre abogados y sacerdotes. No precisamente porque absolvamos los pecados ajenos sino porque nos ganamos los reales convenciendo con argumentos. Los que tenemos la enorme oportunidad (y responsabilidad) de escribir para el público debemos ser muy honestos con la gente y no venderle gato por liebre. Esto me parece que es aún más importante en el caso de las entidades públicas. El Banco Central se supone que es una institución que valora enormemente su reputación de seriedad. Es por todo esto que me sorprende que el BCRP lance un argumento que no tiene el más mínimo fundamento de finanzas básicas.

El BCRP señala que las AFP no tienen fundamento para pedir una ampliación de los límites de inversión en el extranjero. La razón que utiliza el banco es que si comparamos la rentabilidad de las inversiones que las AFP han realizado –en nombre de nosotros los afiliados- en el extranjero versus aquellas en el Perú la rentabilidad de estas últimas es mucho mayor. Las inversiones en el Perú rindieron en promedio 11.4% y las inversiones en el extranjero rindieron un magro 2.9%. Entonces, según la lógica demoledora del BCRP, los gerentes de finanzas de las AFP deberían invertir todos los fondos en el Perú.

Sencillamente no puedo creer que el BCRP, a cuyos economistas conozco de cerca y que buena parte de ellos han sido mis alumnos en la universidad o en los cursos de verano puedan respaldar algo que aprendieron en el curso básico de finanzas. La rentabilidad es sólo una de las características de un activo financiero. Además uno valora cualquier activo financiero en función al riesgo y a la liquidez que estos tienen. Es obvio que las inversiones en Perú tengan mayor retorno (en promedio) que las inversiones en países desarrollados porque sencillamente son más riesgosas.

Pero lo otro que es obvio y me parece que el BCRP debería ser honesto y decirlo es que el principio básico de manejo de portafolio llama a diversificar los riesgos. Si yo pongo todos los fondos en un solo activo que tiene el nombre Perú por todos lados el día que al Perú le vaya mal el fondo se reducirá abruptamente y nadie quiere que eso pase con nuestras pensiones de jubilación. Además, el BCRP olvida que las restricciones a invertir en el exterior han generado un efecto perverso para las pensiones de los trabajadores. Como se impide la inversión afuera la rentabilidad que deben ofrecer los activos peruanos es más baja de lo que debería ser. En palabras sencillas como los recursos no pueden ser colocados afuera, domésticamente son vistos como abundantes y no hay que ser economista del BCRP para saber que si la oferta sube el precio baja. Ese 11.4% de rentabilidad debería ser más si no hubiesen límites tan estrechos.

El BCRP con su decisión ha optado por ponernos un impuesto a nuestras pensiones de jubilación, así que la próxima vez que usted que es afiliado a la AFP y se quiera quejar de algo, quéjese de esto, el BCRP le está metiendo la mano a su pensión de jubilación. Y si cree que los dueños de las AFP se benefician con estos límites está totalmente equivocado. Los únicos beneficiarios son las empresas que buscan fondearse barato aprovechando una regulación que no aprobaría el curso de finanzas básico.

Publicado en El Comercio, Junio 23, 2005

Thursday, June 16, 2005

Innovando lo básico

El Banco Mundial organizó una reunión académica en Barcelona para discutir qué tipo de políticas de innovación en ciencia y tecnología debían adoptar los países de la región. Para ello convocó a una veintena de los mejores académicos del mundo en el tema y a mi (sin duda no entro en esa lista). La razón básica para ponerse a discutir este tema parte de la comprobación que los países latinoamericanos invertimos prácticamente cero en investigación y desarrollo en comparación con los países desarrollados. Es más muchas empresas multinacionales (por ejemplo, Pfizer, la creadora del Viagra) tienen gastos en inversión y desarrollo muy superiores al gasto total en los países más grandes de la región como México y Brasil. El otro dato es que nuestro crecimiento en productividad está rezagado en términos comparativos.

Obviamente que frente a este tipo de realidades siempre podemos decir que como países en desarrollo destinar recursos a investigación y desarrollo resulta casi un lujo. Por lo tanto, tiene todo sentido dedicar nuestros escasos recursos a las prioridades más urgentes como salud, nutrición y educación básicas. Totalmente de acuerdo. El problema es que así como gastamos nuestros pocos recursos en esas cosas básicas e imprescindibles también gastamos en cosas que no tienen nada de básicas o que están excesivamente concentradas en un grupo de personas. Veamos un ejemplo.

No sólo el Perú sino en general la región gasta sumas increíbles a financiar la educación superior pública. El cuento que nos venden es que todos tienen derecho a la educación, inclusive a la superior, que la educación es un instrumento para igualar las oportunidades. Los objetivos están perfectos pero el resultado deja muchísimo que desear. En palabras menos sencillas, la forma de intervención del Estado es ineficiente. No sólo se trata de -como parece ser la receta favorita de este gobierno- dado que hay una nueva necesidad busquemos como financiarla. A veces, lo que se necesita es evaluar la forma como se están haciendo las cosas.

Además, al igual que en el caso del gasto en educación superior, cuando vemos que tan productivo ha sido el poco gasto que hemos hecho en investigación y desarrollo encontramos que los países de la región no son efectivos en producir patentes a partir de esa inversión. Esto se debe en parte por la enorme brecha entre las universidades y el sector privado. Y las universidades son las llamadas a buscar un rol aquí más que al revés.

Pero hay ciertas cosas básicas en las que podemos innovar sin gastar más: (1) mejorar la protección de los derechos de propiedad, (2) permitir que las empresas se creen con mayor facilidad, (3) favorecer que las empresas se vayan del mercado si fracasan, (4) abrir aún más la economía. Es curioso que en el Perú, algunos busquen mantener vivas a las empresas ineficaces a cualquier costo, se tarde más de 200 días en crear una empresa, las empresas sientan que el Estado no protege sus derechos de propiedad, y no todos estén convencidos que la apertura sea el camino de hacer de nuestra economía una más competitiva.


Publicado en El Comercio, Junio 16, 2005